Si el ciclo del agua se acelera con el calentamiento global, podría tener un profundo impacto en la sociedad moderna e incluso podría haber comenzado a acelerar el derretimiento de la nieve, ya que las lluvias han aumentado también en las regiones polares.
«Esta mayor cantidad de agua circulando en la atmósfera también podría explicar el aumento de las precipitaciones que se está detectando en algunas zonas polares, donde el hecho de que llueva en lugar de nevar está acelerando el deshielo», explica la matemática Olmedo.