Desarrollo de la investigación

Los científicos analizaron a seis especies diferentes de lagartos anolis semiacuáticos, y concluyeron que todas poseían el rasgo de reinspiración (pese a que algunas especies estaban relacionadas de forma muy lejana). Además, aunque la reinhalación se ha estudiado en algunos artrópodos como los escarabajos de agua, no se esperaba que los lagartos tuvieran este rasgo debido a las diferencias fisiológicas entre los vertebrados y los artrópodos.

Por otro lado, según los autores, este rasgo podría haberse desarrollado porque la piel de los lagartos anolis es hidrofóbica (es decir, repele el agua). Una característica que probablemente se desarrolló en los anolis porque los protege de la lluvia y los parásitos. Así, bajo el agua, las burbujas de aire se adhieren a la piel y, como resultado, se desarrolló la capacidad de emplear estas burbujas para respirar. 

No obstante, tal como apuntan los autores principales del estudio, todavía se requiere más investigación para comprender con exactitud cómo funciona el proceso. Por ahora, los investigadores sugieren formar en las que podría funcionar esta reinspiración.

La teoría más simple es que la burbuja de aire funciona como un tanque de buceo, proporcionando al lagarto un suministro de aire además de aire en los pulmones. Esto es lo que hacen diversos artrópodos acuáticos para extender el tiempo en el que pueden permanecer sumergidos.

Sin embargo, otra teoría más compleja sugiere que el proceso de reinhalación podría facilitar el uso del aire que se encuentra en los conductos nasales, la boca y la tráquea de un lagarto que, de otra forma, no emplearía para respirar.

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