Resolviendo el misterio

Todas estas hipótesis tenían un problema. Aunque se habían puesto a prueba en condiciones experimentales, ninguna se pudo comprobar en vivo, puesto que el movimiento de las rocas solo se pudo inferir por sus rastros y su cambio de posición, pero nunca se había observado.

En un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores liderado por el profesor Richard D. Norris, del Instituto Scripps de Oceanografía de La Jolla, California, y publicado en 2014, se pudo observar por primera vez las rocas en movimiento.

Resultó que ninguna de las hipótesis planteadas se confirmaban. No se desplazaban por la humedad, ni por tapetes de algas, ni tampoco por gruesas placas de hielo.

El fenómeno de los movimientos de roca, de hecho, sucede no cuando se forman las grandes placas de hielo durante las noches invernales, sino cuando comienzan a derretirse por la mañana. La superficie del suelo, aún encharcada de agua, conserva grandes paneles de hielo de apenas unos milímetros de espesor, que comienzan a romperse. Los vientos ligeros empujan entonces las piedras que, congeladas, se mueven gracias a la fricción casi nula entre las capas de hielo embebidas en el agua. Los movimientos, según el estudio publicado en PLoS ONE, pueden durar hasta 16 minutos.

El motivo por el que los movimientos suceden de forma poco común, y muchos años no llegan a ocurrir, tiene que ver, por tanto, con la rareza de las condiciones que deben cumplirse. Los inviernos más secos no aportarían agua suficiente para que el fenómeno suceda; las noches invernales cálidas no permiten que se forme el suficiente hielo.

Mirá También: 

Referencias:

Norris, R. D. et al. 2014. Sliding Rocks on Racetrack Playa, Death Valley National Park: First Observation of Rocks in Motion. PLoS ONE, 9(8), e105948. DOI: 10.1371/journal.pone.0105948

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *