Utilizan todo su cuerpo para gritar
Los animales, en particular las aves pequeñas y los mamíferos, también pueden utilizar todo su cuerpo como un deflector. Un deflector es como una caja que contiene un altavoz. Es decir, una superficie reflectante que apunta el sonido hacia adelante.
«La persona que está frente al deflector oye mucho mejor que la persona que está detrás», argumenta Anil Palaparthi, coautor de la investigación.
Así, inclinan la cabeza hacia atrás y, a veces, la retraen hacia su cuerpo. Los seres humanos, en cambio, tenemos un cuello relativamente inflexible que no nos permite esa misma función.
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