No obstante, incluso en latencia, los efectos de la descomposición genética son ineludibles. El ADN no puede permanecer inmutable en el tiempo, ni siquiera congelado; se va degradando poco a poco, haciendo al organismo cada vez más inviable. Una bacteria congelada durante milenios podría, por tanto, no volver a ser viable, pues su ADN estaría demasiado degradado.

Pero no fue eso lo que encontró un grupo de investigación que analizaba bacterias latentes en los hielos de Siberia. Hallaron organismos vivos que tenían hasta medio millón de años de antigüedad, y con su ADN intacto. Y es que aquellas bacterias no habían estado todo ese tiempo en estado de latencia, su metabolismo había seguido funcionando y reparando el ADN a medida que se iba degradando.

Estas actinobacterias, del género Arthrobacter, son, con medio millón de años de edad, los seres vivos más longevos de los que tenemos conocimiento.

Referencias:

Arnaud-Haond, S. et al. 2012. Implications of Extreme Life Span in Clonal Organisms: Millenary Clones in Meadows of the Threatened Seagrass Posidonia oceanica. PLOS ONE, 7(2), e30454. DOI: 10.1371/journal.pone.0030454

DeWoody, J. et al. 2008. “Pando” Lives: Molecular Genetic Evidence of a Giant Aspen Clone in Central Utah. Western North American Naturalist, 68(4), 493-497. DOI: 10.3398/1527-0904-68.4.493

Johnson, S. S. et al. 2007. Ancient bacteria show evidence of DNA repair.

Proceedings of the National Academy of Sciences, 104(36), 14401-14405. DOI: 10.1073/pnas.0706787104

Sussman, R. et al. 2014. The oldest living things in the world. University of Chicago Press.

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