Desarrollo del estudio

En esta nueva investigación, los científicos se dieron cuenta de que, cuando los machos dominantes se quedaban sin esperma, las hembras tendían a buscar los machos menos dominantes. Por esta razón, se preguntaron si ocurriría lo mismo si las hembras pudieran elegir su propia pareja de apareamiento.

Para descubrirlo, ataron a una oveja dominante en un extremo de un prado y a un macho más sumiso al otro extremo. Después, dejaron entrar a siete ovejas que estaban en celo y les dejaron elegir cuál de los machos preferían como compañero de apareamiento. Repitieron la prueba varias veces con diferentes grupos de ovejas para asegurarse.

De esta forma, los investigadores concluyeron que la mayoría de las hembras preferían los machos sumisos. Además, en los casos de las hembras que eligieron los machos dominantes, se produjeron menos monturas durante el coito. Los científicos también encontraron que las ovejas, aparentemente, disfrutan más de la compañía de los machos menos dominantes. De hecho, pasaron el triple de tiempo juntos y alrededor del doble de tiempo apareándose.

Así, los científicos consideran que la evolución, probablemente, ha provocado que las ovejas elijan a los machos menos dominantes para evitar la endogamia. Sin embargo, también podría ser, simplemente, que prefieran ser tratadas con un poco de delicadeza.

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