Ha sido bautizado como pez hada con velo de rosa (Cirrhilabrus finifenmaa) y habita en la zona crepuscular del océano, bajo las aguas que rodean las Maldivas.

Se trata del primer pez descrito por un científico maldivo: Ahmed Najeeb, coautor del estudio que publica la revista Zookeys y biólogo del Instituto de Investigación Marina de Maldivas.

«Siempre han sido los científicos extranjeros los que han descrito las especies que se encuentran en las Maldivas sin mucha participación de los científicos locales, incluso aquellas que son endémicas de las Maldivas», dijo en un comunicado Najeeb. «Esta vez es diferente y ser parte de algo por primera vez ha sido realmente emocionante, especialmente tener la oportunidad de trabajar junto a los mejores ictiólogos en una especie tan elegante y hermosa».

Estos peces difieren de muchos otros miembros de su familia en la forma en que nadan. No solo usan sus aletas pectorales y su cola para impulsarse hacia adelante, de una manera característica, sino que también nadan ondulando la aleta dorsal.

Descrita por primera vez por investigadores en la década de 1990, originalmente se pensó que la especie era la versión adulta de una especie diferente, Cirrhilabrus rubrisquamis. Ahora sabemos que se trata de dos especies totalmente diferentes.

«Lo que antes pensábamos que era una especie de pez muy extendida, en realidad son dos especies diferentes, cada una con una distribución potencialmente mucho más restringida. Esto ejemplifica por qué la descripción de nuevas especies y la taxonomía en general es importante para la conservación y la gestión de la biodiversidad«, dice Yi-Kai Tea, estudiante de doctorado en la Universidad de Sídney y coautor del trabajo.

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Los machos adultos de C. finifenmaa tienen colores únicos que incluyen magenta brillante, melocotón, rosa anaranjado y rojo púrpura oscuro.

“Aunque la especie es bastante abundante y, por lo tanto, actualmente no tiene un alto riesgo de sobreexplotación, todavía es inquietante cuando un pez ya se comercializa antes de que tenga un nombre científico”, aclaró Luiz Rocha, investigador de la Academia de California de Ciencias en San Francisco.

La zona crepuscular del océano en la que ha sido observada esta especie, existe a una profundidad de entre 35-70 metros, donde hay suficiente luz para que exista algo de vida antes de que el agua se convierta en un abismo oscuro.

 

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