“La nocicepción es la detección de estímulos potencialmente dañinos o realmente dañinos, que está mediada por receptores especializados: nociceptores”, dijo el profesor Lars Chittka y sus colegas de la Universidad Queen Mary de Londres. “Puede ir acompañado de la sensación de dolor, que es una experiencia subjetiva negativa generada por el cerebro. La nocicepción y/o el dolor pueden inhibirse o facilitarse (modularse) mediante las neuronas descendentes del cerebro (incluido el tronco encefálico en los vertebrados) llamadas controles de dolor descendente”.

Con base en evidencia conductual, neurocientífica y molecular, los autores argumentan que los insectos probablemente tienen controles descendentes para la nocicepción.

“El trabajo de comportamiento muestra que los insectos pueden modular el comportamiento nocifensivo”, dijeron los investigadores. «Dicha modulación está controlada, al menos en parte, por el sistema nervioso central, ya que la información que media en dicha priorización es procesada por el cerebro».

La población mundial va camino de alcanzar los 10 000 millones de personas para 2050, y justo las Naciones Unidas han recomendado la producción masiva de insectos como alimento. Sin embargo, si los investigadores tienen razón y los insectos pueden sentir dolor, plantea preocupaciones éticas acerca de criarlos como sustento para la humanidad. ¿Podremos seguir tratándolos como lo hacemos si descubrimos que sienten dolor?

“Esto es moralmente importante, ya que los insectos a menudo están sujetos a estímulos potencialmente dolorosos en la investigación y la agricultura”, expusieron los investigadores. «La posibilidad de sensaciones de dolor en los insectos también es una consideración importante para modelar los trastornos de dolor en humanos».

Deja un comentario
Mirá También: 

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *