Si se acaban confirmando los resultados de Donoghue «esto cambiaría toda la línea temporal para el origen de la vida terrestre y el ritmo de cambio evolutivo en las plantas y grupos de animales (y hongos) asociados», ha comentado Pamela Soltis, bióloga evolutiva de plantas de la Universidad de Florida. Al retrasar el paso a tierra firme, hace que los cambios evolutivos que sucedieron después no fueran tan rápidos como podríamos pensar. Esto complacería a Darwin, que defendía una evolución lenta y gradual.

Sea cual fuera la primera planta terrestre, se cree que las algas verdes carofitas son sus antepasados. De hecho, del estudio del material genético de las carofitas actuales se deduce que tienen más en común con las primeras plantas terrestres que con cualquier planta actual. De todas ellas, la Trochiliscus podolicus encontrada en Ucrania es la carofita más antigua que se conoce con certeza como tal. Ahora bien, y contra todo pronóstico, parece ser que el salto a tierra firme no se realizó desde los océanos sino desde agua dulce. Los paleobotánicos apuntan a que pudo hacerlo algún tipo de estas algas verdes adaptadas a vivir en los ríos durante aquella época cálida (había lugares donde las temperaturas alcanzaban los 60 grados).

Las primeras plantas de las que tenemos registro datan de hace 440 millones de años, en el Silúrico. A diferencia de los animales, que fueron llegando a tierra por grupos empezando por los artrópodos, la colonización por parte de las plantas se hizo de golpe y de una sola vez. El Silúrico fue una época recuperación y consolidación de las especies supervivientes a la primera extinción global, la del Ordovícico-Silúrico, que fue mucho peor que la que acabó con los dinosaurios: desapareció el 85% de las especies animales. Pero la vida es  robusta; durante el Silúrico aparecieron grandes arrecifes de coral similares a la Gran Barrera australiana, evolucionaron diferentes tipos de peces y aparecieron las primera plantas vasculares, en lo que es la adaptación más importante de la historia evolutiva de las plantas. No solo el xilema y floema desempeñan un papel similar a los vasos sanguíneos en los animales sino que además sirven de soporte, de “esqueleto”, a la planta para mantenerse vertical. Las primeras plantas vasculares aparecen por primera vez en el registro fósil hace 410 millones de años y de ellas, la primera conocida es Cooksonia: tenía un tallo en forma de V, no levantaba más de 10 cm del suelo y se anclaba a la tierra gracias a un tallo horizontal desde el que surgían nuevos brotes, un rizoma. Vivía en los lodos de los estuarios y en otros hábitats húmedos y bajos, formando mantos densos. Como todas las primeras plantas se multiplicaba por esporas que se formaban en los extremos de cada tallo, aunque no se sabe bien cómo. Este fue el pistoletazo de salida a la diversidad de plantas que hoy vemos a nuestro alrededor.

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