Desarrollo de la investigación

Los investigadores agruparon a las especies en función de si migraban estacionalmente o, si por el contrario, no se movían en absoluto. Esto permitió al equipo comparar el número de parásitos en las especies nómadas, residentes y migratorias.

Investigaciones anteriores se habían centrado principalmente en aves y mariposas, por lo que los científicos querían analizar animales de mayor tamaño que no habían sido representados.

Así, a través del estudio los científicos pudieron descubrir mejores formas de proteger a los animales migrantes, cuyas poblaciones están disminuyendo en la actualidad a causa del cambio climático.

Asimismo, los investigadores pudieron analizar los parásitos que habitan en algunos animales de ganado y que suponen una fuente de alimento para las personas.

«Los animales salvajes pueden compartir parásitos y enfermedades infecciosas con sus parientes (animales domésticos), y si estos animales se mueven por diversos paisajes, es importante que entendamos si están intercambiando parásitos y enfermedades infecciosas con el ganado u los animales domésticos», subrayó la investigadora.

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