En un trabajo publicado en la revista Fish and Fisheries, un equipo de científicos ha presentado un nuevo método para calcular la vulnerabilidad de cada especie de tiburón a la pesca y otras actividades humanas, incluido el cambio climático, en diversos escenarios. Para ello, se tomaron en cuenta tres factores clave: área total que ocupa cada especie en comparación con el área de pesca, probabilidad de que un tiburón sea capturado por los métodos de pesca usados y, finalmente, la rapidez con la que un individuo puede ser reemplazado. Además, las especies fueron divididas en grupos ecológicos en función de los hábitats y las profundidades a las que viven. Esto es debido a que los riesgos varían entre los hábitats, y la profundidad determina tanto el riesgo de captura de las distintas modalidades de pesca como el impacto probable del cambio climático.

Como explican en una nota publicada por la Universidad de Melbourne, los investigadores aplicaron este método a las 132 especies de tiburones del sur de Australia y sus parientes cercanos. Los resultados revelaron que, aunque los tiburones son un grupo que ha sufrido multitud de eventos de extinción que involucraban altos niveles de dióxido de carbono, las actuales tasas de cambio de temperatura son mucho más rápidas, particularmente en las aguas del sureste de Australia.

“A medida que nuestras aguas se calientan, podemos esperar que las especies que viven en la arena y el lodo en la plataforma continental se muevan hacia el sur hacia aguas más profundas (y más frías) en la plataforma continental exterior, o se muevan hacia donde el agua más profunda y fría brota del sur de Australia”, explican los científicos. “Las especies que viven en los arrecifes y en sus proximidades se verán, probablemente, más afectadas, ya que la mayoría de los arrecifes se encuentran en aguas poco profundas y las especies que existen actualmente pueden terminar siendo desplazadas por especies subtropicales entrantes”.

Mirá También: 

Los investigadores evaluaron los riesgos para los tiburones en escenarios de baja, media y alta emisión de gases de efecto invernadero en 2100, y en dos escenarios de pesca: antes y después de una importante reforma que comenzó en 2006 y que redujo considerablemente la presión pesquera. Fue en este momento, por ejemplo, que Australia prohibió la mayor parte de la pesca por debajo de los 700 metros de profundidad.

Cuidado con el cambio climático

Además de la sobrepesca, el dióxido de carbono emitido por las actividades humanas provoca el calentamiento y la acidificación de los océanos. En Australia, la pesca de arrastre puso en riesgo a muchas especies de tiburones, pero la citada reforma pesquera parece haber minimizado el problema.

Cuando se considera la variable cambio climático de forma aislada, los resultados del modelo revelaron que el escenario de emisiones más altas para 2100 aumentaría seriamente la vulnerabilidad de muchas especies. Sin embargo, cuando se combinaron los riesgos del estrés pesquero actual y el escenario de altas emisiones, se encontró que 25 especies de tiburones estarían en alto riesgo, 70 especies en riesgo medio y 37 especies en riesgo bajo. “Los resultados nos indican que, si el cambio climático no se controla, no podemos ser complacientes y conformarnos con estas ‘buenas prácticas’ de la gestión pesquera”, indican los autores.

Los investigadores indican que su método puede adaptarse para ser utilizado en otras partes del mundo y con otros tipos de animales para identificar las principales amenazas sobre cada especie en regiones concretas.  

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *