Los saurópodos tenían un sistema respiratorio bastante complejo, con unos sacos aéreos, como las aves modernas, que se extendían por el interior de los huesos, aligerando su peso. Un estudio reciente, liderado por el paleontólogo Cary Woodruff y publicado en la revista Scientific Reports, dependiente de la muy prestigiosa Nature, consiguió probar la existencia de lesiones en las vértebras cervicales, derivadas de afecciones en esos sacos aéreos en un esqueleto de saurópodo diplodócido. Estas lesiones eran compatibles con una infección de tipo respiratorio, concretamente, una aerosarculitis con osteomielitis asociada.

Este tipo de enfermedades en aves son generalmente producidas por bacterias u hongos. En el fósil no se consiguió identificar el agente infeccioso. Y por tanto, no podemos asegurar que se tratase de una enfermedad análoga a nuestro resfriado. Supuestamente, debió de ser bastante más grave que un resfriado.

La pregunta que encabeza este artículo, por lo tanto, aún no tiene respuesta por la ciencia, aunque la probabilidad de que sea afirmativa es bastante alta. De cualquier modo, esta investigación abre la puerta a nuevas formas de comprender y diagnosticar enfermedades que pudieron afectar a los dinosaurios no avianos, y quizá en pocos años, sepamos con certeza si realmente podían o no acatarrarse.

Referencias:

Esteva, E. 2001. Resfriado común. Offarm, 20(11), 57-65.

Tully, T. N. 1995. Avian Respiratory Diseases: Clinical Overview. Journal of Avian Medicine and Surgery, 9(3), 162-174. DOI: 10.2307/30134458

Vorvick, L. J. et al. s. f. Resfriado común (N.o 000678; MedlinePlus).

Woodruff, D. C. et al. 2022. The first occurrence of an avian-style respiratory infection in a non-avian dinosaur. Scientific Reports, 12(1), 1954. DOI: 10.1038/s41598-022-05761-3

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