«Después de un mes de búsqueda, ver esas primeras fotos del faisán-paloma fue como encontrar un unicornio«, añadió John C. Mittermeier, director del programa de Aves Perdidas de ABC y colíder de la expedición. «Es el tipo de momento con el que sueñas toda tu vida como conservacionista y observador de aves».

La expedición formada por ciudadanos de Papúa Nueva Guinea que trabajan con el Museo Nacional de Papúa Nueva Guinea, el Laboratorio de Ornitología de Cornell y American Bird Conservancy llegó a Fergusson a principios de septiembre.

El equipo estuvo un mes viajando por la isla y preguntó a la gente de la zona cuáles serían las mejores zonas para colocar las cámaras trampa con idea de encontrar al faisán-paloma. El terreno de la isla, escarpado y montañoso no lo puso fácil.

«No fue hasta que llegamos a las aldeas de la ladera occidental del monte Kilkerran cuando empezamos a encontrarnos con cazadores que habían visto y oído al faisán-paloma», dijo Jason Gregg, biólogo conservacionista y colíder del equipo de la expedición.

Esta es la primera vez que se colocan cámaras trampa en Fergusson. El equipo empleó veinte en total, que situó en las laderas del monte Kilkerran, la montaña más alta de Fergusson, y en lugares donde los cazadores locales habían visto al animal.

«Cuando finalmente encontramos al faisán-paloma de nuca negra, fue durante las últimas horas de la expedición», dijo Doka Nason, el miembro del equipo que instaló la cámara trampa que finalmente fotografió al ave perdida. «Cuando vi las fotos, me emocioné muchísimo».

La cámara que captó al animal se colocó siguiendo el consejo de un cazador local, en una cresta a 1.000 metros de altura, cerca del río Kwama. Y casi por los pelos, pues los investigadores iban a irse de la isla en dos días, sucedió el “milagro” y la paloma faisán apareció en el plano caminado por el suelo del bosque.

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Anteriormente, varios miembros del equipo trataron, sin éxito, de encontrar al ave. No dieron con ella, pero sí que recogieron informes de cazadores locales acerca de un animal que podría ser el faisán-paloma.

Todo apunta a que el faisán-paloma es un animal extremadamente raro. El bosque escarpado e inaccesible donde la documentaron podría ser el último reducto de la especie en la isla.

«Además de dar esperanzas para la búsqueda de otras especies perdidas, la información detallada recopilada por el equipo ha proporcionado una base para la conservación de este pájaro extremadamente raro, que debe estar, de hecho, muy amenazado, junto con las otras especies únicas de la isla de Fergusson», dijo Roger Safford, Director del Programa de Prevención de Extinciones de BirdLife International.

La expedición contó con el apoyo de American Bird Conservancy (ABC) y The Search for Lost Birds, una colaboración entre BirdLife International, ABC y Re:wild.

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