¿Cómo superar este obstáculo?

Pero gracias a los telescopios que trabajan en infrarrojo (como el afamado James Webb), en un rango suficientemente poderoso como para brillar a través de densas nubes de gas y polvo, los astrónomos han podido desentrañar un poco más de este misterio.

Los investigadores decidieron llevar a cabo sus observaciones utilizando longitudes de onda del infrarrojo cercano (NIR) con la esperanza de que esto pudiera ayudar a completar la imagen de la enorme estructura en esta región del espacio aún «poco explorada». Y encontraron una estructura viable a 3.000 millones de años luz de distancia de la Tierra:

«Un nuevo cúmulo de galaxias, VVVGCl-B J181435-381432, detrás del abultamiento de la Vía Láctea», que ayuda a completar «la imagen de la estructura a gran escala en esta área del cielo aún poco explorada», destacó Daniela Galdeano, astrónoma de la Universidad Nacional de San Juan en Argentina y una de los autoras principales del estudio.

Los cúmulos de galaxias son los objetos ligados gravitacionalmente más grandes del universo; contienen cientos de miles de galaxias agrupadas. Los científicos pudieron demostrar que tiene muchas de las cualidades que otros cúmulos de galaxias que conocemos, pero no su tamaño.

El éxito de la observación con VISTA se relaciona con el hecho de que las longitudes de onda de luz más largas, como las de la banda infrarroja, pueden atravesar la neblina de la Vía Láctea y alcanzar los telescopios en la Tierra. Eso sí, dada la alta densidad de estrellas y el oscurecimiento de la línea de visión provocado por el polvo cósmico, es muy complicado detectar galaxias detrás del plano galáctico.

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