En este caso, el astrofísico encontró marcas bien visibles de quemaduras de la reentrada en las grandes piezas metálicas. También tenían números de serie, que se han enviado Administración Federal de Aviación estadounidense para que los transmita a SpaceX, quien por el momento no ha hecho comentario alguno. «Si es de SpaceX, la primera pregunta es si lo quieren recuperar», dijo Tucker a IFLScience.

Si quisieran recuperar los restos, el coste de la recuperación correría a cargo de SpaceX. Si no les interesara recuperarlos, el deber moral sería pagar la limpieza a los agricultores. Sin embargo, es complicado que esto se cumpla. Como ejemplo, la comarca de Esperance envió a la NASA una famosa factura por ensuciar cuando partes de la estación espacial Skylab cayeron en su territorio en 1979, pero fue una maniobra en vano. El gobierno australiano se negó a provocar un incidente internacional exigiendo su pago, aunque algunos patrióticos estadounidenses financiaron el coste 30 años después.

El pago de la retirada de los escombros no preocupa los granjeros y es que afirman que ya hay gente interesada en comprarles las piezas. Por lo que la retirada de las piezas podría estar más que cubierta. Otros descubrimientos podrían reducir la tarifa que cobren los granjeros, pero incluso con dos piezas adicionales reportadas más al oeste la basura espacial en su propiedad parece suponer un ingreso inesperado más que una carga.

Los restos encontrados serían parte del cohete que se lanzó en noviembre de 2020 en un lanzamiento histórico, al ser el primero de propiedad privada que llevaba astronautas a la Estación Espacial Internacional. Durante ese vuelo, al alcanzar el espacio, parte de la nave se desprendió. Esto ocurre para aligerar el peso de elementos que no se van a necesitar más en el vuelo. El fallo es que haya caído en tierra y no en el océano, como suele ocurrir.

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Esta vez la caída de los escombros no ha causado víctimas mortales, pero tal y como apunta un estudio recientemente publicado en Nature Astronomy, el riesgo de que en los próximos 10 años nos caiga basura espacial encima y nos mate es pequeño pero significativo. Los investigadores estiman que hay un 10 % de probabilidad de que esto ocurra. Y eso tirando por lo bajo ya que la tendencia apunta a que la iniciativa privada lanzará más cohetes en los años venideros. Es probable que este aumento de lanzamientos lleve consigo un crecimiento del número de accidentes, tanto en el espacio como en la Tierra.

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