España tiene más de 5.000 kilómetros de costa repartidos entre la península ibérica y los archipiélagos. Además, cuenta con playas para todos los gustos: desde las frías aguas del Atlántico gallego para los más atrevidos hasta la calidez del Mediterráneo y del Mar Menor para los frioleros.
Hay playas larguísimas como las de Cádiz y calitas escondidas como las de la Costa Brava o Menorca. De arena o de guijarros, con viento para hacer surf o sin olas para que los niños jueguen sin peligro. Con todos los servicios y el chiringuito a mano, o perdidas e inaccesibles a las que se debe llegar andando o en barco. Algunas con los prados y las vacas a pie de playa, como en el Cantábrico, otras con arena negra y volcánica como las de Lanzarote. Toda esta cantidad y variedad hace que nuestro país sea uno de los destinos favoritos para los amantes del mar.
En 2019, España cuenta con 566 playas con bandera azul. Esta distinción se otorga a aquellas playas que cumplen unos requisitos mínimos en base a criterios que se dividen en cuatro grandes bloques: información y educación ambiental, calidad del agua, gestión ambiental y seguridad y servicios. Por ejemplo, las playas deben tener paneles informativos y organizar, al menos, cinco actividades de educación ambiental al año, Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas, contar con baños públicos y uno adaptado para personas con discapacidad, tener equipo de primeros auxilios, cumplir con la Ley de Costas, disponer de un sistema adecuado de gestión de residuos, y un largo etcétera.
Este año, 50 playas españolas han perdido el distintivo, aunque otras 25 lo han obtenido por primera vez.
Es muy difícil hacer una selección, pero en esta galería hemos intentado hacer una representación de la enorme variedad y calidad de las playas de la costa española. Después de ver las fotos, ¿a quién no le apetece ir a darse un buen remojón?