Estudio histológico

El estudio histológico del gecko de arena de Namib reveló, al iluminar con luz ultravioleta, que las áreas fluorescentes de la piel estaban llenas de células pigmentarias especiales, los iridóforos, que están ausentes en las áreas no fluorescentes de la piel, haciéndoles brillar en color verde neón. Los científicos probaron 55 muestras de P. rangei bajo luz ultravioleta, encontrando evidencia de fluorescencia en adultos de ambos sexos y también en criaturas jóvenes.

Los iridóforos reflejan la luz y juegan un papel importante en la coloración de los geckos y otros lagartos. Pero, por primera vez, este estudio reveló que algunos iridóforos también pueden emitir fluorescencia.

«Este efecto es mucho más fuerte que la fluorescencia basada en huesos que descubrimos en los camaleones hace tres años y uno de los casos más brillantes conocidos de fluorescencia jamás encontrado en vertebrados terrestres», comenta Frank Glaw, curador de Reptiles y Anfibios en la Colección Estatal de Zoología de Baviera.

El gecko de arena de Namib es el primer gecko conocido que posee dos tipos de iridóforos: uno que emite fluorescencia y otro que no.

Si bien los científicos desconocen de que forma usan la mayoría de los animales su fluorescencia, la ubicación y el brillo de estas marcas en los geckos, así como su visibilidad en el árido ambiente desértico, sugiere que esta fluorescencia juega un papel clave en la la interacción social de los geckos, según el estudio. Ver a otro compañero a larga distancia, puede tener su utilidad.

 

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