Hartos de las burlas, el pueblo austriaco de Fucking cambiará de nombre a partir del 1ero de enero de 2021.
Con poco más de 100 habitantes, Fucking es un pueblo ubicado al noroeste de Austria, en la provincia de Alta Austria. Se trata de una aldea apacible, formada por una docena de calles, con una mayoría de personas de la tercera edad, un río y una carretera que la conecta con los poblados cercanos.
A pesar de que el nombre de todas las localidades a su alrededor como Wolfing o Hucking contiene el sufijo alemán “ing” (que significa “gente de”) común en la región, el único mérito de Fucking –un vocablo sin significado en su idioma original– para aparecer en el mapa y gozar de una fama cada vez más amplia, es su significado en el idioma más estudiado como segunda lengua del mundo.
A pesar de que este pueblo se fundó hace más de mil años y su nombre se basa en la palabra Focko y por lo tanto, la aproximación a su significado germánico es “gente de Focko”, el auge de las redes sociales provocó que Fucking se convirtiera en protagonista de distintos memes.
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Actualmente, el delito más común en Fucking es el robo de letreros que dan la bienvenida o informan de los kilómetros restantes para llegar a él. Ubicado a 40 kilómetros al norte de Salzburgo, es frecuentemente visitado por turistas de paso que se toman fotografías con letreros y carteles, etiquetan la localidad en sus redes sociales y comparten chistes sobre su nombre.
El número creciente de bromas provocó el malestar del pueblo, que comenzó a instalar sus letreros en concreto para prevenir sus robos y llegó hasta el Concejo Municipal de Tarsdof en forma de una iniciativa para cambiar su nombre oficial y dejar de ser el hazmerreír de la región.
En pleno 2020, la propuesta prosperó con la autoridad municipal y hace un par de días, el pueblo confirmó que a partir del 1ero de enero de 2021, dejará de llamarse Fucking para darle paso a su nuevo nombre: Fugging, un vocablo más parecido a la pronunciación alemana de su nombre anterior.
La iniciativa ha sido recibida con gusto e ironía. La mayor parte de los pobladores aseguran que “estaban hartos de las malas bromas de los turistas”, mientras un puñado de habitantes considera que el nombre funcionaba como publicidad para ponerlos en el mapa.
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