El hecho de que dos o más grupos de seres vivos que están a cierta distancia evolutiva presenten una misma estructura, se puede explicar desde dos posibles hipótesis. 

Una de ellas implica un único surgimiento del carácter en un estado ancestral, que después es heredado por los grupos descendientes; en algunos de ellos, el carácter evolutivamente se pierde y en otros se mantiene. Un buen ejemplo lo encontramos en el gran grupo de los tetrápodos, que incluye a los anfibios, los reptiles y aves, y a los mamíferos. En principio, su ancestro común tenía cuatro patas y todos han heredado ese rasgo —a menos que las hayan perdido por evolución posterior—. Estos rasgos ancestrales heredados se denominan plesiomorfías.

La hipótesis alternativa es el surgimiento múltiple de una misma estructura en varios grupos que puede evolucionar de forma independiente en esos grupos, sin que el ancestro común disponga de ese rasgo. A este proceso se le denomina convergencia evolutiva, que se encuentra, por ejemplo, en la presencia de aletas en cetáceos y manatíes, dos grupos de mamíferos marinos que han evolucionado de forma independiente, y que han adquirido sus rasgos en momentos distintos de su historia evolutiva. La aparición de un mismo rasgo, evolucionado de forma paralela e independiente en dos o más grupos distintos, se denomina homoplasia.

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