«Está claro que aquí está ocurriendo algo diferente», afirma Joshua Stewart, de la Universidad Estatal de Oregón y uno de los autores del estudio. «Esta es una rara historia de optimismo oceánico. En otras regiones, solemos tener estimaciones de población de 1.000 a 2.000 animales, lo que hace que esta especie sea muy vulnerable”.

Vigilar y estudiar a las mantarrayas no es tarea sencilla, pues pasan mucho tiempo en lugares poco accesibles en alta mar y sus patrones de movimiento son a veces imprevisibles. Para identificarlas, los científicos se fijan en las manchas que tienen en el vientre, pues cada animal tiene su propio patrón, algo parecido a las manchas blancas de los tiburones ballena y a nuestras huellas dactilares.

Los investigadores, que han publicado su estudio en Marine Ecology Progress Series, han estado siguiendo a este grupo concreto de mantarrayas desde finales de 1990. Para esta última estimación han usado más de una década de fotos y observaciones realizadas sobre el terreno entre 2005 y 2018 para calcular una población actual de más de 22.000 ejemplares. Entre estas fotografías están las enviadas por buceadores de la zona.

La región de la Isla de la Plata, que es donde habita el grupo de mantarrayas, parece ser un punto caliente para estos animales. Los investigadores creen que una de las razones por las cuales el grupo de peces ha crecido es porque hay abundante alimento. Viven en aguas frías y ricas en nutrientes que suben de las profundidades y fluyen con las corrientes. Esto les proporciona un flujo constante de zooplancton.

Los autores del estudio se muestran contentos por lo grande que es este grupo, pero advierten que “las mantarrayas parecen ser sensibles a las perturbaciones ambientales, como los cambios en la temperatura del océano y la disponibilidad de alimentos». De esta manera, se podrían ver afectadas por el calentamiento global si el afloramiento y la abundancia de alimentos cambian junto con las temperaturas de las aguas.

Mirá También: 

Este tipo de estudios, que se realizan a largo plazo, sirven a los científicos para hacerse una idea de los niveles de población de determinados animales en todo el mundo.

En el lugar donde vive el grupo de mantarrayas estudiado está prohibido capturarlas. Sin embargo, los animales se enfrentan a otros problemas que ponen en peligro su supervivencia como las capturas accidentales, los enredos en redes de pesca y los choques con embarcaciones. De hecho, muchos peces observados en el estudio tenían heridas o cicatrices. Y todo esto sin contar con el cambio climático.

 

Referencia: Harty K, Guerrero M, Knochel AM, Stevens GMW, Marshall A, Burgess K, Stewart JD. 2022. Demographics and dynamics of the world’s largest known population of oceanic manta rays Mobula birostris in coastal Ecuador. Marine Ecology Progress Series. DOI: https://doi.org/10.3354/meps14189

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *