Dentro del grupo de los superagujeros negros los astrofísicos distinguen un subgrupo peculiar: los llamados agujeros negros ultramasivos (UMBH), como el que se encuentra en el centro de nuestra vecina M87, una galaxia elíptica gigante situada a poco más de 53 millones de años-luz que tiene una masa que alcanza los 6.000 millones de masas solares. ¿Puede un UMBH crecer sin límites? Aparentemente no. Teóricamente su ‘gordura’ tiene un techo: alrededor de 50.000 millones de masas solares según ha calculado Andrew King, de la Universidad de Leicester, Inglaterra.

Pero hay algo que no les cuadra a los astrofísicos que estudian la población de agujeros negros del universo. Tenemos los que aparecen como consecuencia de la muerte de una estrella, que tienen masas entre 5 y 80 veces la del Sol. Luego tenemos los superagujeros, de entre 100.000 a miles de millones de masas solares. Y entre ambos grupos… ¿nada? ¿no hay agujeros negros de masa intermedia, de 1.000 o 10.000 veces la masa del Sol? Esta ausencia no convence a los astrónomos, que se esfuerzan por encontrar pruebas de que existen un tipo de agujeros negros intermedios. Algunos señalan que las misteriosas fuentes de rayos X ultraluminosas son su huella astronómica.

En la década de 1980 el satélite Einstein, un telescopio espacial de rayos X, descubrió dentro de algunas galaxias una nueva clase de fuente de rayos X extremadamente brillante. Fue toda una sorpresa, pues no se encontraban cerca de los agujeros negros supermasivos. Eran fuentes muy intensas que emitían por igual en todas direcciones. Además, los objetos eran tan luminosos que por fuerza debían expulsar parte de la materia que contuvieran. En resumen, nada de esto se podía explicar por meros procesos estelares; debía haber algo más. De cuásares a restos de supernova pasando por agujeros negros de masa intermedia: estos fueron los sospechosos habituales para los misteriosos objetos. Con el lanzamiento de nuevos satélites más potentes y precisos como NuSTAR, Chandra o XMM-Newton, un nuevo sospechoso se ha unido a la lista: las estrellas de neutrones, cadáveres estelares cuyo tamaño es el de una esfera de radio el de una ciudad media y con una masa de 2-3 soles. Resolver lo que son resulta complicado por que no abundan demasiado en el universo: en nuestra galaxia, por ejemplo, no se ha detectado ninguna, y como mucho sólo hay una fuente de rayos X ultraluminosa por galaxia.

Mirá También:  Los reptiles marinos que convivieron con los dinosaurios
Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *