Una nueva narrativa evolutiva

Esta mutación ya estaba presente en el código genético de un lobo estepario que vivió en Siberia hace unos 53.000 años. En esta mutación encontraron dos versiones, o alelos, de este fragmento de ADN: un alelo tiene una base extra de citosina (C) que causa un tamaño corporal más pequeño, y el otro alelo tiene una base extra de timina (T) que causa un tamaño corporal más grande.

Este descubrimiento contraría la idea de que los perros pequeños provienen de la raíz de la domesticación hace 20.000 años, pues una de las principales mutaciones genéticas responsables del tamaño en ciertas razas, evolucionó mucho antes de que los humanos comenzaran a criar a estos compañeros del hogar.

“Es como si la naturaleza lo hubiera guardado en su bolsillo trasero durante decenas de miles de años hasta que lo necesitaba”, dicen los autores.

Esta vuelta de tuerca a la narrativa evolutiva no solo es válida para perros y lobos, sino también para coyotes, chacales, perros de caza africanos y otros miembros de la familia de animales conocidos como cánidos.

Los investigadores planean continuar investigando los genes que regulan el tamaño corporal en los perros; 25 genes únicamente, en comparación con varios cientos que poseemos los humanos.

 

Nota: Cada gen se compone de una combinación única de cuatro bases: adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T), que codifican una determinada proteína.

 

Deja un comentario
Mirá También:  Cómo identificar el nuevo billete de 100 pesos mexicanos que circula desde hoy

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *