La amapola común (Papaver rhoeas) no es en absoluto una planta inocua. Tanto en sus hojas como en sus pétalos se almacena alcaloides como la rhoeadina, alocriptopina o la berberina, y compuestos fenólicos y flavonoides, con propiedades farmacológicas. De hecho, tradicionalmente se han empleado las hojas como remedio antioxidante y antimicrobiano, los pétalos como sedante, y las raíces como antiulcerogénico, con una eficacia razonablemente comprobada. 

Pero un aspecto importante en el estudio de las propiedades farmacológicas de las plantas, es que no todas las partes tienen los mismos principios activos. Los fármacos que se pueden extraer de la hoja no siempre son los mismos que se pueden extraer del tallo, de la raíz, del pétalo o de la semilla.

Las semillas de la amapola común, que son las empleadas en las distintas recetas mencionadas, son productos ricos en proteínas y aceites de alta calidad. Sin embargo, no tienen una composición de principios activos remarcable. Son un producto relativamente inocuo, sin efectos medicinales, y sin efectos secundarios.

Pero la amapola común no es la única amapola que existe.

Leche amapolas

Amapola dormidera

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