Tal y como explican los investigadores en su estudio, publicado recientemente en Animal Cognition, los mamíferos sociales, como los cerdos, resuelven sus conflictos reuniéndose agresor y víctima tras la pelea o bien agresor, víctima y mediador (solicitado por alguna de las partes o espontáneo).

El estudio se llevó a cabo en una granja de Turín y en él participó más de un centenar de cerdos que viven en semilibertad. Entre junio y noviembre de 2018, los investigadores los observaron mientras se peleaban y cuando hacían las paces. Entre los comportamientos agresivos registrados estaban: empujar, morder, darse con la cabeza y levantar a la víctima. Los gestos de reconciliación consistieron en juntar las narices, sentarse tocando al otro individuo o apoyando la cabeza sobre el otro.

A la hora de hacer las paces, los investigadores constataron que tanto víctima como agresor iniciaban el gesto sin distinción alguna. Sin embargo, las reconciliaciones eran bastante mayores entre los cerdos que estaban menos emparentados que entre los que eran parientes cercanos, como hermanos o medio hermanos. Los científicos creen que las peleas entre cerdos de la familia cercana causan menos daño al grupo social debido a la seguridad del vínculo. Los cerdos que se pelean, pero no están estrechamente emparentados, sí que se trabajan la reconciliación para asegurarse que siguen teniendo apoyo social dentro del grupo. De todo esto se desprende que estos animales, además de ser inteligentes, son capaces de valorar las distintas relaciones en función de si podrían perder o no el apoyo del resto del grupo.

El cerdo mediador podía intervenir de dos maneras en la pelea, o bien se acercaba a la víctima, o bien al agresor. Si se acercaba al animal agredido, los ataques del agresor no paraban, pero la víctima se tranquilizaba, ya que se reducían los comportamientos ansiosos tales como temblar, rascarse, bostezar o masticar sin nada en la boca. Si, por el contrario, el pacificador se acercaba al agresor, este reducía el número de ataques a la víctima.

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Además, si en la pelea había un cerdo de la familia, ya fuera el agresor, ya la víctima, más mediadores estrechamente relacionados se metían en la refriega. Este gesto podría indicar su apoyo a los parientes más cercanos, según sugieren los investigadores.

Se trata de un último estudio cuyo objetivo es comprender la inteligencia emocional de estos animales en un entorno social.

 

Referencia: Cordoni, G., Comin, M., Collarini, E. et al. Domestic pigs (Sus scrofa) engage in non-random post-conflict affiliation with third parties: cognitive and functional implications. Animal Cognitio. 2022. DOI: https://doi.org/10.1007/s10071-022-01688-4

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