Carcarodontosáuridos y tiranosáuridos, compitiendo por el nicho ecológico

Históricamente se pensaba que los carcarodontosáuridos eran exclusivos de Gondwana, el continente que unía lo que ahora es África, Oceanía, Antártida y América del Sur durante el Mesozoico. Sin embargo, posteriores descubrimientos de miembros de este grupo en Norteamérica, Europa y Asia como Acrocanthosaurus, un dinosaurio carnívoro del Cretácico “medio” de Norteamérica o Concavenator, un carcarodontosáurido primitivo del Cretácico Inferior de Cuenca (España), muestran que este grupo tenía una distribución a nivel global durante el Cretácico, especialmente en el Cretácico Inferior y “medio”.

Su presencia durante estos periodos en los ecosistemas de Laurasia (el continente del hemisferio norte que engloba América, Asia y Europa) ha sido considerada la causa del retraso de los tiranosáuridos como depredadores ápices en los ecosistemas de este continente. Y es que no es hasta el Cretácico Superior, casi terminal, cuando los carcarodontosáuridos son escasos en Laurasia, que los tiranosáuridos, como Tyrannosaurus y otros de sus parientes, no ocupan lo más alto de la cadena alimenticia en este continente. De hecho, los tiranosáuridos son exclusivos del hemisferio norte debido a que el hemisferio sur sigue siendo dominado por los carcarodontosáuridos y los abelisáuridos durante el Cretácico Superior. La dominancia de estos grupos supuso limitar la expansión de los grandes dinosaurios “tiranos” en el hemisferio meridional, ya que la presencia coetánea de miembros de ambos grupos como grandes depredadores sería una fuerte competencia por los recursos en estos ecosistemas.

Así que, a diferencia de lo que vemos algunas imágenes de “Jurassic World: Dominion”, estos dos grandes titanes, Giganotosaurus y Tyrannosaurus, no se hubiesen encontrado nunca, ni temporal ni geográficamente, pero, de haberlo hecho, serían fuertemente competidores y, sin duda, al igual que en la película, protagonizarían una batalla épica. Sabiendo que la mordida de Giganotosaurus es posiblemente más poderosa, ¿se resolverá esta batalla con su victoria sobre la protagonista clásica de esta saga?

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Referencias:

Canale, J. I., Novas, F. E., Salgado, L., Coria, R. A. (2015). Cranial ontogenetic variation in Mapusaurus roseae (Dinosauria: Theropoda) and the probable role of heterochrony in carcharodontosaurid evolution. Paläontologische Zeitschrift, 89(4), 983-993.

Cullen, T. M., Canale, J. I., Apesteguía, S., Smith, N. D., Hu, D., Makovicky, P. J. (2020). Osteohistological analyses reveal diverse strategies of theropod dinosaur body-size evolution. Proceedings of the Royal Society B, 287(1939), 20202258.

Coria, R. A., Currie, P. J. (2006). A new carcharodontosaurid (Dinosauria, Theropoda) from the Upper Cretaceous of Argentina. Geodiversitas, 28(1), 71-118.

Paulina-Carabajal, A., Canale, J. I. (2010). Cranial endocast of the carcharodontosaurid theropod Giganotosaurus carolinii Coria & Salgado, 1995. Neues Jahrbuch fur Geologie und Palaontologie–Abhandlungen, 258, 249-256.

Paulina-Carabajal, A., Nieto, M. N. (2019). Brief comment on the brain and inner ear of Giganotosaurus carolinii (Dinosauria: Theropoda) based on CT scans. Ameghiniana, 57(1), 58-62.

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