La ciencia marca nuestro día a día desde el momento en que nos despertamos, todos los días del año. El despertador que usamos, el informe meteorológico, la carretera por la que conducimos o el transporte que utilizamos, la comida que ingerimos, los dispositivos que utilizamos para trabajar o comunicarnos, los antibióticos que tratan nuestras dolencias, el agua limpia y potable que proviene del grifo o la luz que ilumina nuestras veladas. Todos estos inventos son cortesía de la ciencia. El mundo moderno no sería moderno sin estos científicos, gracias a cuyos conocimientos y desarrollo, vivimos hoy. Sin la ciencia, muchas personas que viven hoy en día habrían muerto a causa de enfermedades que ahora se tratan fácilmente.

Y, aunque la ciencia ha estado escrita fundamentalmente con nombres masculinos, muchas han sido también las mujeres que, aun ocultas para el mundo, también contribuyeron a pavimentar el desarrollo tecnológico que nos permite contar con la sociedad en la que hemos crecido. De hecho, hasta el mismísimo Charles Darwin, describió en su momento a las mujeres como intelectualmente inferiores respecto a los hombres. El acceso a la universidad en España estuvo prohibido para ellas hasta finales del siglo XIX. La primera alumna universitaria española fue María Elena Maseras Ribera, quien se matriculo en la Facultad de Medicina de Barcelona allá por 1872. La primera universitaria.

Es casi imposible contabilizar cuántos aspectos de la vida moderna se ven afectados por el conocimiento científico. La ciencia cubre la energía, la defensa, la economía, la agricultura, el transporte, la salud, la comunicación, el ocio…

La propia UNESCO dice que “La ciencia es el mayor esfuerzo colectivo. Contribuye a asegurar una vida más larga y saludable, supervisa nuestra salud, proporciona medicamentos para curar nuestras enfermedades, alivia los dolores y molestias, nos ayuda a proporcionar agua para nuestras necesidades básicas, incluida nuestra comida, proporciona energía y hace la vida más divertida, incluidos los deportes, música, entretenimiento y la última tecnología en comunicación. Por último, pero no menos importante, nutre nuestro espíritu. La ciencia genera soluciones para la vida cotidiana y nos ayuda a dar respuesta a los grandes misterios del universo. En otras palabras, la ciencia es uno de los canales de conocimiento más importantes. Tiene un rol específico, así como una variedad de funciones en beneficio de nuestra sociedad: crear nuevos conocimientos, mejorar la educación y aumentar la calidad de nuestras vidas”.

Hoy conocemos algunos de esos protagonistas.

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