Sin embargo, es conveniente recordar que se trata de dos sentidos distintos, y que los animales que tienen ambos pueden aprovechar uno u otro según les convenga. Por ejemplo, se ha observado que durante la migración de la pardela canosa (Calonectris leucomelas), los ejemplares más jóvenes e inexpertos confían más en su sentido magnético, aunque ello suponga atravesar zonas montañosas peligrosas; mientras que los adultos, más experimentados, aprovechan su capacidad de detectar cambios en la dirección para evitar las cadenas montañosas y aprovechar desvíos más eficientes y menos arriesgados. Aunque ello les supone desviarse del rumbo original, son capaces después de corregir su dirección para retomar su rumbo original.

Otros animales tienen sistemas aún más complejos. Algunas aves, y también las tortugas marinas, son capaces no solo de orientarse en sentido norte-sur, sino además de establecer mapas mentales que se mantienen alineados con el campo magnético. Eso les permite establecer, en un terreno conocido, nuevas rutas que mejoren la eficiencia del viaje, y de este modo, invertir menos energía en la migración.

Y además, otros animales, entre ellos muchos rumiantes, roedores o murciélagos, también son capaces de orientarse en un eje norte-sur, y, a día de hoy, no sabemos exactamente cómo lo hacen. Aunque algunas hipótesis apuntan a la existencia de unos pigmentos llamados criptocromos, que se alinearían según el campo magnético en determinadas condiciones, aún queda mucho por investigar. Aún quedan muchos estudios experimentales por realizar sobre los mecanismos de orientación en animales.

Referencias:

Burda, H. et al. 1990. Magnetic compass orientation in the subterranean rodentCryptomys hottentotus (Bathyergidae). Experientia, 46(5), 528-530. DOI: 10.1007/BF01954256

Kishkinev, D. et al. 2021. Navigation by extrapolation of geomagnetic cues in a migratory songbird. Current Biology, 31(7), 1563-1569.e4. DOI: 10.1016/j.cub.2021.01.051

Pakhomov, A. et al. 2018. Magnetic map navigation in a migratory songbird requires trigeminal input. Scientific Reports, 8(1), 11975. DOI: 10.1038/s41598-018-30477-8

Takahashi, S. et al. 2022. Head direction cells in a migratory bird prefer north. Science Advances, 8(5), eabl6848. DOI: 10.1126/sciadv.abl6848

Wu, L.-Q. et al. 2012. Neural Correlates of a Magnetic Sense. Science, 336(6084), 1054-1057. DOI: 10.1126/science.1216567

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