La investigación viene de la mano de Tara Ocean Foundation, que tiene como objetivo desarrollar una ciencia innovadora y original de océano abierto que ayudará a predecir, anticipar y comprender los riesgos climáticos futuros y sus posibles efectos en la biodiversidad oceánica.
Los investigadores recolectaron más de 35 000 muestras de agua de los océanos de todo el mundo. Analizaron los organismos vivos presentes en las muestras de agua en busca de secuencias de ARN que sean indicativas de la presencia de virus de ARN.
A pesar de que los científicos están familiarizados con los virus ARN, el estudio reveló al menos 5 500 especies virales que son completamente nuevas para la ciencia y que se encuentran en aguas oceánicas.
“Los virus de ARN son claramente importantes en nuestro mundo, pero generalmente solo estudiamos una pequeña porción de ellos, los pocos cientos que dañan a los humanos, las plantas y los animales”, comenta Matthew Sullivan, profesor de microbiología en la Universidad Estatal de Ohio y coautor del trabajo que publica Science. “Queríamos estudiarlos sistemáticamente a gran escala y explorar un entorno que nadie había examinado en profundidad, y tuvimos suerte porque prácticamente todas las especies eran nuevas, y muchas eran realmente nuevas”.
De las miles de nuevas especies, se incluyen representantes de los cinco filos de virus de ARN actualmente aceptados, pero también otras características que no encajaban dentro de ninguno de los filos existentes. Los investigadores sugirieron que se debían establecer al menos cinco nuevos filos para clasificar adecuadamente los nuevos virus: Taraviricota, Pomiviricota, Paraxenoviricota, Wamoviricota y Arctiviricota.
Los expertos creen que estos tipos de virus tienen tres funciones principales: matar células, cambiar la forma en que las células infectadas manejan la energía y transferir genes de un huésped a otro.
El equipo está preparando una propuesta para solicitar la formalización de los filos y clases de los virus candidatos; todo ello, nos otorgará una mejor comprensión de cómo pudo haber evolucionado la vida temprana en el planeta. Según los investigadores, estamos rastreando “los orígenes de la vida”.
