Tal y como lleva más de dos años enseñándonos la pandemia de COVID-19 y, más recientemente, la epidemia de la ‘viruela del mono’, la transmisión de enfermedades zoonóticas, es decir, patologías infecciosas transmitidas de animales a humanos, pueden tener un gran impacto en nuestra salud — física y mental—, en la economía, y en la sociedad en general.

Zoonosis y epidemias

Las zoonosis no son novedad. Muchas de las grandes pandemias de la historia de la humanidad son de carácter zoonótico: desde la peste negra, hasta la rabia. La aparición de nuevas enfermedades infecciosas procedentes de los animales se ha incrementado significativamente en los últimos 40 años, de hecho, actualmente, tres de cada cuatro enfermedades infecciosas emergentes son de origen zoonótico.

Desde que se declaró la pandemia de  VIH/sida en 1981 hasta hoy se han sucedido 6 epidemias que han alcanzado el rango de pandemia: el SARS de 2002, la gripe H5N1 de 2003, la de H1N1 de 2009, el MERS, el SARS-CoV2 y una nueva pandemia de H5N1 de 2021.A ellas hay que sumar múltiples epidemias que han cursado con mayor o menor gravedad en zonas más o menos extensas del mundo —y algunas aún están presentes—, como la emergente viruela símica o los brotes de ébola. Todas ellas tienen origen zoonótico.

La fauna silvestre es un enorme reservorio de enfermedades y, lo que es peor, a menudo desconocido.

Una de las causas principales de la aparición de esas zoonosis se encuentra en la expansión de las poblaciones humanas y la invasión del hábitat silvestre, o los cambios en las prácticas agrícolas. Pero tal vez el factor más relevante que, además, es totalmente evitable, es el transporte, el comercio y la tenencia de fauna salvaje como mascota —ya sea de forma legal o ilegal—.

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El transporte de animales y sus enfermedades

La translocación de animales salvajes está asociada directamente con la propagación de varias enfermedades zoonóticas. En Estados Unidos, la rabia se introdujo en los años 70 cuando se puso de moda tener mapaches, que habían sido atrapados en zonas donde la enfermedad era endémica; los tanukis (Nyctereutes procynoides), muy empleados en mascotismo exótco, se han convertido en portadores de la rabia en Europa del Este, y dado su carácter invasor, están reintroduciendo la enfermedad, junto con los mapaches, en lugares donde la rabia ya estaba casi erradicada.

En 1994, un funcionario de aduanas de Bélgica terminó hospitalizado con una neumonía bilaeral, 10 días después de la exposición a unos periquitos importados ilegalmente en el puerto de Amberes, portadores de psitacosis, una enfermedad común entre los loros, que puede transmitirse a otras aves y a algunos mamíferos como el ser humano.

Mascotas exóticas

Los primeros casos de viruela símica en Estados Unidos no son de ahora. En el año 2002 se produjo un brote epidémico que afectó a 93 personas, tras la importación de ratas gambianas (Cricetomys gambianus) como mascotas, portadoras de la enfermedad, que contagiaron a los perritos de las praderas (Cynomys spp.) al permanecer almacenados unas junto a otros.

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