La rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) fue descrita por primera vez por el naturalista, explorador y geólogo Eduard Rüppell en 1842 y durante muchos años su descripción taxonómica fue refutada, pues se les consideraba recién nacidos de una especie mucho más grande o mamíferos que habían perdido su pelaje como consecuencia de una enfermedad.

Las recopilaciones y descripciones posteriores desde la década de 1890 hasta 1957 se centraron en la anatomía inusual de esta especie y las adaptaciones morfológicas a la vida subterránea. Posteriormente, a finales de la década de 1960, la investigadora Jennifer Jarvis comenzó a estudiar estos animales y fue la primera persona en traer estos roedores sin pelo al laboratorio. Observó que eran muy sociables y parecían trabajar juntos para excavar túneles y encontrar comida. Posteriormente, a mediados de la década de 1970, Richard Alexander, un biólogo evolutivo cuya investigación se centró en la evolución de la eusocialidad (un estilo de vida colonial con una estricta división del trabajo que culmina en la presencia de una sola hembra reproductora), describió el mamífero eusocial hipotético ideal: la rata topo desnuda.

Esta especie con un peso promedio de 35 gramos y de 8 a 10 centímetros de largo, cuenta con una estrategia reproductiva única en la que solo se reproduce la reina dominante, mientras que otras hembras de la colonia ayudan con la cría de crías, la defensa del nido y el mantenimiento de la colonia. Esta organización funciona de manera muy similar a la de los insectos sociales, como las abejas, que viven en una colmena gobernada por una sola reina, que también es la única hembra reproductora.

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Un cuerpo adaptado para la vida subterránea

Estos animales han evolucionado para contar con adaptaciones fisiológicas para vivir exclusivamente bajo tierra, de ahí que cuenten con un cuerpo robusto, cilíndrico con un cráneo fuerte, ojos pequeños o ausentes (son considerados funcionalmente ciegos), orejas externas muy pequeñas, sin pelaje y poderosos incisivos. Sus dientes salientes sirven para excavar y sus labios actúan como escudo o sello detrás de los dientes, para evitar que el animal coma tierra mientras excava. Si bien la rata no es ciega, sus ojos son pequeños y tienen poca agudeza visual. Las patas de la rata topo desnuda son cortas y delgadas, pero la rata puede moverse hacia adelante y hacia atrás con la misma facilidad.

 

 

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