Los resultados fueron prometedores. Según el autor principal del artículo, Lauren Nadler, doctorando y profesor asistente en la NSU, la presencia de “extraños” parecía distraer a los peces, haciendo que estos reaccionaran más tarde ante las amenazas y, por tanto, aumentaban las posibilidades de acabar convirtiéndose en la cena de los depredadores.

Los científicos creen que este suceso está muy relacionado con la confianza. Cuando un individuo del banco se siente amenazado ante un peligro y reacciona, los peces vecinos tienen muy poco tiempo para decidir qué hacer. Tienen dos opciones: pueden confiar en que el peligro es real y escapar, o ignorar la reacción del compañero. Según el estudio de la NSU, los peces rodeados de conocidos tienden a confiar mucho más en los movimientos de sus vecinos, provocando una huida en cadena. Por este motivo, los bancos de peces con un alto grado de familiaridad escapan de manera rápida, ágil y coordinada ante el ataque del depredador. En resumen, se podría decir que la confianza en el grupo aumenta la fitness individual, es decir, la eficacia biológica o número descendientes que podrá tener cada uno de ellos.

Mark I. McCormick, coautor del estudio, concluye: “las relaciones amistosas son importantes, tanto para los humanos como para los táxones menos evolucionados, como los peces. Como más confíes en tus amigos, más fácil y satisfactoria será tu vida, tanto dentro como fuera del agua”.

 

Referencias: 

Nadler, L. E., McCormick, M. I., Johansen, J. L., & Domenici, P. (2021). Social familiarity improves fast-start escape performance in schooling fish. Communications Biology, 4(1). https://doi.org/10.1038/s42003-021-02407-4 

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