Ahora que ya sabemos reconocer las distintas parte de la sección del tronco, veamos cómo se forman los anillos. ¿Os acordáis del cambium vascular? Esta es la capa de células responsable de la creación de los anillos (formados por xilema) y, de hecho, no crea solo uno al año, sino dos: uno de más claro, durante la primavera y otro más oscuro, durante finales de verano y principios de otoño. Cada uno de ellos representa una temporada de crecimiento del árbol y su grosor dependerá de la cantidad de agua disponible para el árbol. Así, el cambium creará células de más diámetro durante la primavera, cuando el agua abunda, dando lugar los anillos más claros. Por el contrario, durante el verano y principios de otoño, cuando el agua escasea, se crearán células más estrechas, correspondientes a los anillos más oscuros. A medida que el árbol crece en grosor los anillos irán quedando impresos en el interior del tronco.

Además, los anillos de los árboles también pueden tener cicatrices, que en la mayor parte de los casos se deben al impacto de un rayo, pero también a golpes o incluso la infecciones. En este último caso, puede que observemos lo que se conoce como un nudo en el tronco.

Como curiosidad, existe una ciencia llamada dendrocronología, que corresponde al estudio de los anillos de los árboles para obtener información de climas de épocas pasadas a través de la historia de vida del árbol, como las variaciones en la lluvia, impresas en el grosor de los anillos más claros. Así que los árboles no solo muestran su pasado, sino del todo lo que vivió a su alrededor.

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