Por su situación y características geográficas y climáticas, la península ibérica es un territorio que alberga una gran variedad de ecosistemas. Unido a su herencia cultural tan diversa, su paisaje cultural es también muy rico y heterogéneo.

En el territorio español confluyen tres regiones biogeográficas: la Eurosiberiana en la parte norte y noroeste, la Mediterránea en gran parte de la península y Baleares, y la Macaronésica en las islas Canarias. A   su   vez,   cada   región   presenta   unos   suelos   característicos,   que   dependen   estrechamente  del  tipo  de  roca,  del  clima,  de  la  vegetación,  así  como  del  tiempo  transcurrido  desde  su  formación  y  de  la  incidencia  de  las  actividades  humanas. El relieve de España es también muy variado: grandes llanuras, muchos kilómetros de costa bañada por distintos mares, islas, alta montaña, desiertos, colinas, humedales…

Todo esto hace que en nuestro país se puedan ver paisajes muy diversos. Así lo expresaba el botánico Pius Font i Quer en su obra Geografía de España y Portugal (y citada en el libro Los bosques ibéricos): “Un territorio de tan variada morfología, con dilatadas llanuras, extensas altiplanicies, elevadas cordilleras que alcanzan y aun superan los 3 000 metros de altura, con toda clase de rocas y suelos variadísimos, sometido a climas de la más diversa condición, bañado por tres mares y con extensas costas, es natural que nos ofrezca una flora de gran diversidad de especies y mil aspectos variados de su vegetación”.

Con una riqueza paisajística tan grande, resulta muy complicado hacer una selección de unos pocos lugares privilegiados. La lista, realmente, sería infinita, así que en esta galería fotográfica hemos intentado representar al menos un paisaje de cada comunidad, así como la gran heterogeneidad antes citada. Algunos son espacios emblemáticos, conocidos a nivel internacional y que, seguramente, muchos de los lectores hayan visitado. Otros no son tan famosos, pero contienen características que los hacen únicos o peculiares. Además, hemos querido destacar espacios cuya supervivencia se encuentra en estado crítico, con el fin de llamar la atención sobre la importancia de su conservación. Un ejemplo paradigmático es el de las marismas de Doñana que, a pesar de ser uno de los humedales más importantes de Europa, sufren desde hace décadas la sobreexplotación y contaminación de sus acuíferos.

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