La vida se inició en el agua

La vida provino del agua, así que es habitual encontrar cómo la mayoría de vertebrados terrestres cuenta con miembros que regresaron al agua. Por ejemplo, de mamíferos, nutrias, tapires o hipopótamos, son semiacuáticos; en las aves, los cormoranes y los pingüinos también lo son; en los reptiles, los cocodrilos, serpientes marinas o caimanes.

 

¿Entonces era un animal acuático?

El estudio sugiere que sí. Para que los cazadores acuáticos se sumerjan en el agua, necesitan huesos densos y compactos, ya que esto contribuye al control de la flotabilidad de los animales. Los resultados mostraron una clara asociación entre el estilo de vida y el fenotipo esquelético, y se descubrió que los animales que practican comportamientos de alimentación acuática exhiben una mayor densidad ósea. Tal y como eran los huesos casi sólidos de Spinosaurus o Baryonyx.

«El Spinosaurus podría haberse movido a través de aguas poco profundas usando una combinación de ‘caminar por el fondo’, como los hipopótamos modernos, y movimientos de lado a lado de su cola gigante. Probablemente utilizó este medio de locomoción no para perseguir a sus presas durante largas distancias en aguas abiertas, sino para emboscar y atrapar peces muy grandes como peces pulmonados o celacantos que vivían en el mismo entorno», expone Guillermo Navalón de la Universidad de Cambridge, coautor del trabajo.

Eso sí, el nuevo estudio no ha convencido a los escépticos. Aunque aprueban que Spinosaurus tenga huesos muy densos, afirman que no está claro qué hacían exactamente en el agua. Ciertamente, los hipopótamos, por ejemplo, pasan mucho tiempo en el agua, pero no comen en el agua.

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Los autores argumentan que «los huesos no mienten, y ahora sabemos que incluso la arquitectura interna de los huesos es totalmente consistente con nuestra interpretación de este animal como un depredador gigante que caza peces en vastos ríos, usando su cola en forma de paleta para propulsarse.

«Creo que, con esta línea de evidencia adicional, las nociones especulativas que contemplan a Spinosaurus como una especie de zancudo gigante carecen de apoyo probatorio y pueden excluirse con seguridad», concluye Nizar Ibrahim, coautor del estudio.

 

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