«Esto es un recordatorio de que nunca debo dejar pasar la oportunidad de mantener mi boca cerrada, y empezaré ahora», dijo Glover sobre el mote en una rueda de prensa con periodistas en octubre.

Completan la tripulación Walker, la astronauta de la NASA que voló en una misión en Soyuz a la EEI en 2010, y Soichi Noguchi, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, que ha volado a bordo del transbordador espacial de la NASA y de la nave Soyuz.

A última hora del lunes, la tripulación se encontrará con la astronauta de la NASA Kate Rubins y los cosmonautas rusos Sergei Ryzhikov y Sergei Kud-Sverchkov, que llegaron a la estación espacial en octubre.

Con tanta gente en la órbita, vivirán un poco apretados en el espacio. La estación espacial solo tiene dormitorios para seis tripulantes, así que Hopkins se ha ofrecido voluntario para dormir en otro lugar de forma temporal. Esto podría significar dormir en la cápsula Dragon acoplada, que la tripulación ha llamado Resilience en honor a los equipos de SpaceX y la NASA que consiguieron que la misión estuviera preparada para el lanzamiento en plena pandemia de COVID-19.

«En la época del transbordador espacial, el comandante dormía en la cabina a menudo», cuenta Hopkins. «Si uno de nosotros iba a dormir aquí, me pareció que tenía que ser yo».

Noguchi es el astronauta más experimentado de la Crew-1, habiendo registrado 177 días en el espacio en dos misiones, entre ellas el primer vuelo del transbordador espacial de la NASA tras el desastre del Columbia en 2003. Tiene un sentido del humor mordaz e indica que su mayor manía es «la gente que no usa los intermitentes», su placer culpable es «dormir durante las reuniones» y le gusta tanto el sushi que una vez hizo un rollo de salmón en el espacio.

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Por su parte, Walker dice que tiene muchas ganas de volver a vivir en la órbita, habiendo pasado seis meses en la estación espacial en 2010.

«Es un lugar fantástico», dice, y añade que lo que más le emociona es volver a la cúpula de cristal fijada al módulo Tranquility de la estación. «Tener la oportunidad de contemplar esa vista maravillosa de 360 grados, de ver la Tierra ahí abajo —y el resto del universo— es muy especial», afirma Walker, que es doctora en física espacial.

Cuando habló con National Geographic antes del lanzamiento, Walker nos contó que no había ninguna parte de la misión Crew-1 que la pusiera especialmente nerviosa. «La verdad es que no siento muchos nervios», explicó. «A ver, tengo que asegurarme de que nos hagan la declaración de la renta mientras estoy ahí arriba. Eso va a ser un pelín difícil».

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