“En la actualidad, podríamos pensar que el arte se crea en un lienzo en blanco a la luz del día o con una fuente de luz fija; pero ahora sabemos que hace 15 000 años nuestros ancestros creaban arte alrededor de un fuego por la noche, con formas y sombras parpadeantes”, dicen los autores.

Trabajar en estas condiciones habría tenido un efecto dramático en la forma en que los humanos prehistóricos experimentaron la creación de arte. Podría haber activado una capacidad evolutiva diseñada para protegernos de los depredadores llamada ‘pareidolia’, donde la percepción impone una interpretación significativa como la forma de un animal, una cara o un patrón donde realmente no lo hay.

Iluminadas por el resplandor vacilante de una fogata, las características de las superficies de piedra se desdibujaban, enfatizando sus líneas naturales y los rasguños artísticos de manera que la imagen pareciera menos estática.

 

El fuego, siempre vital para los humanos

La mayoría de las plaquetas están grabadas con imágenes de bisontes, cabras montesas, caballos y ciervos. Unas pocas tienen pájaros, líneas paralelas o sujetos indeterminados. Y, muchas veces, las líneas se adaptan para seguir las características naturales de la roca. Las más grandes tienen caras del tamaño aproximado de una hoja de papel A4, pero de 3 centímetros de grosor. La mayoría tienen menos de la mitad de ese tamaño.

«Nuestros hallazgos refuerzan la teoría de que el cálido resplandor del fuego lo habría convertido en el centro de la comunidad para reuniones sociales, contar historias y hacer arte. En un momento en que se habría invertido una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en encontrar comida, agua y refugio, es fascinante pensar que la gente seguía encontrando el tiempo y la capacidad para crear arte. Muestra cómo estas actividades han formado parte de lo que nos hace humanos durante miles de años y demuestra la complejidad cognitiva de las personas prehistóricas», explica Izzy Wisher, coautora del trabajo.

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El hecho de que este descubrimiento evidencie el carácter artístico de estas piedras y sus creadores, no significa que este fuera el único propósito de su ubicación cerca de una hoguera. La piedra caliza también podría haber cumplido la función al irradiar calor de manera efectiva a través del lugar y almacenarlo una vez que el fuego se hubiera extinguido, lo que, según los autores, habría sido crucial durante una época de frío intenso.

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