Un mérito de la prehistoria

Sin embargo, tampoco son las algas ni cianobacterias que hoy pueblan nuestros mares las que merecen el título de “pulmón del planeta”. Si bien son las que más oxígeno están produciendo, hay un límite imposible de rebasar. Y de nuevo, es el dióxido de carbono el que entra en juego. En la reacción de la fotosíntesis, cada molécula de dióxido de carbono absorbida implica una molécula de oxígeno liberada. El equilibrio es estricto, una entra, una sale.

Nuestra atmósfera se compone de aproximadamente un 21 % de oxígeno, sin embargo, la cantidad de dióxido de carbono, a pesar del incremento constante y preocupante en las últimas décadas, está por debajo de un 1 %. Ese es el máximo de oxígeno que se puede producir. Es el límite.

Si todos los seres vivos dejásemos de respirar de repente, y todo el dióxido de carbono se transformase en oxígeno de repente, el resultado final sería un aumento mínimo, casi insignificante en la cantidad de oxígeno.

Todo ese oxígeno que abunda en la atmósfera no es, por tanto, un producto moderno. Los grandes bosques tienen un valor inestimable en la retención del carbono, algo esencial para luchar contra el cambio climático que sufrimos —y en muchos otros aspectos—. Y la fotosíntesis que sucede en tierra y, sobre todo, en los océanos ayuda a que esos niveles de oxígeno se mantengan estables en la atmósfera. Pero esa ingente cantidad de oxígeno que nos permite respirar es el legado que los microorganismos fotosintéticos prehistóricos nos han dejado desde hace miles de millones de años. El verdadero pulmón del planeta está, en realidad, en el pasado remoto de la historia de la vida.

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REFERENCIAS:

Beer, C., Reichstein, M., et al. 2010. Terrestrial Gross Carbon Dioxide Uptake: Global Distribution and Covariation with Climate. Science, 329(5993), 834-838. DOI: 10.1126/science.1184984

Chisholm, S. W. 2017. Prochlorococcus. Current Biology, 27(11), R447-R448. DOI: 10.1016/j.cub.2017.02.043

Ting, C. S., Rocap, G., et al. 2002. Cyanobacterial photosynthesis in the oceans: the origins and significance of divergent light-harvesting strategies. Trends in Microbiology, 10(3), 134-142. DOI: 10.1016/S0966-842X(02)02319-3

 

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