A pesar de ser un barrio céntrico de la ciudad de Córdoba, Güemes es zona roja para el delito. En el extremo sur del barrio se encuentra el Hospital Misericordia. En sus inmediaciones, como en gran parte de la ciudad de Córdoba, ocurren hechos de inseguridad, pero los médicos advierten que en las últimas semanas estos episodios aumentaron y se volvieron más violentos.

Robos, arrebatos y ataques a vehículos han dado paso a asaltos a mano armada en las manzanas que rodean al hospital y que los médicos deben transitar a diario para llegar a sus trabajos.

¿Quién cuida a los que nos cuidan?

Juan es médico residente de 26 años. Todos los días, Juan atiende de 20 a 40 pacientes desde las 8 a las 20. No vive lejos del hospital, por lo que solía concurrir a pie, pero el aumento de casos de inseguridad en las cuadras que rodean al hospital, empezó a ir en auto.

Hace una semana, el joven médico llegó en su vehículo y, como muchas veces pasa, no encontró lugar en el estacionamiento. “No hay control en la playa, entonces muchas veces se llena con vehículos de pacientes, de familiares, de visitas e incluso de personas que van al Establecimiento Penitenciario 9, que queda en frente. Pero como nadie controla, estacionan en la playa del hospital”, contó.

Juan debió estacionar sobre la calle, cerca de lo que llaman “la puerta chiquita” de calle Belgrano, a unos 30 metros de la calle Richardson. “Allí debería haber un guardia pero ese día no había nadie”, comentó. Al llegar hasta donde estaba su auto, notó que alguien había roto el vidrio del acompañante y habían ingresado para sacarle, desde adentro del auto, el auxilio que tenía en el baúl.

“Trabajo ocho horas por día de lunes a viernes y hago cuatro guardias de 24 horas al mes. Solamente reponer la rueda que me robaron equivale al sueldo básico de todo un mes, y a eso tengo que sumarle el vidrio”, lamenta.

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Natalia, otra doctora, iba con una compañera del hospital cuando la asaltaron el mes pasado. Eran las 14.30, terminó su turno y salió por la calle Belgrano. “Ese día, a metros de la guardia, aparecieron dos chicos jóvenes, y uno de ellos me comenzó a tirar de la tira de la cartera que llevaba cruzada, varios tirones que me dejaron hematomas porque no se cortaba la tira. Cuando me la descrucé para dársela siguió tirando, ya que se me había enganchado en un anillo, así que me lastimaron la mano hasta que la pude soltar”.

Natalia cuenta que los ladrones se llevaron su celular con todos sus elementos de trabajo (sello, estetoscopio, oxímetro, tensiómetro, termómetro, martillo de reflejos, etc. “Son cosas que el hospital no nos provee, y son muy costosos, los fui comprando desde que era estudiante”. También cuenta que perdió documentación importante y le usaron las tarjetas, debitándole todo el sueldo que le quedaba.

“Hoy siento mucho miedo. Esto no sólo ocurre en las inmediaciones del hospital, sino también adentro. A veces me da miedo caminar por los pasillos a la noche cuando estoy de guardia. Para volver a mi casa, a veces me puede buscar alguien de mi familia, que han quedado muy preocupados y sino me prestan para tomar un taxi que me saque de la zona hasta alguna parada de colectivo”, lamenta la joven.

Adentro también

Alejandra también es médica en el hospital y sostiene que el panorama es “de terror”. “Todos los días tenemos miedo. El hospital es muy grande y solo hay tres policías en uno de los ingresos. Hace dos semanas tuvimos la situación de que un hombre estaba en la espera de la guardia pidiéndole los celulares a la gente que esperaba ser atendida. Estamos cansados”, comenta.

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La joven cuenta que hace dos semanas un paciente agredió físicamente a un médico residente. Cuando llamaron al policía, éste les indicó que no podía hacer nada porque se trataba de un paciente. “Estamos desamparados”, lamenta.

Una problemática en aumento

Pablo Aguirre, delegado sindical de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Hospital Misericordia, sostiene que si bien la problemática de la violencia contra los profesionales de la salud es una problemática mundial, en algunos hospitales de Córdoba la situación es mucho peor.

“Siempre hemos tenido episodios de inseguridad y violencia, por el sector en que el hospital está ubicado, pero en las últimas semanas hubo un aumento inusitado, se han triplicado los casos”, afirma. “El robo a pacientes y a otras personas en la periferia del hospital aumentó. En los últimos 15 días, dos médicas residentes fueron asaltadas y golpeadas. A una estudiante de medicina le robaron a punta de pistola”, agregó.

Aguirre sostiene que no hay suficientes policías en el hospital. “Son dos o tres para un predio inmenso” indica, y agrega que si bien la comisaría y el Establecimiento Penitenciario 9 están cerca, eso no brinda más seguridad en el sector. “Hay guardias de infantería apostados afuera, pero cuando por diferentes razones los movilizan a otro sector de la ciudad, la zona queda descubierta y ahí suceden estos hechos”, remarca.

“Necesitamos una solución integral, hay que trabajar en la prevención”, afirma. En los últimos días, Aguirre se comunicó con miembros del Centro Vecinal de Güemes, que le advirtieron que hay domos de vigilancia policial en el sector que no funcionan.

Reclamo de los vecinos

María Eugenia Gordillo, presidenta del Centro Vecinal de Güemes dice algunos de los domos de seguridad del sector se encuentran fuera de servicio.

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“Sabemos que desde que se cayó el techo del Hospital Misericordia, el 20 de febrero del 2021, el domo de Richardson y Belgrano y el de Belgrano y Santiago Temple no están funcionando. Tengo mis dudas sobre el domo de Ayacucho y Richardson. A eso se suma que no está más la guardia de infantería y que el Hospital Misericordia viejo está abandonado, es tierra de nadie. Las veredas no se pueden transitar porque son de tierra y está todo oscuro. Los ladrones se esconden tras un portón oscuro y asaltan a la gente”, indicó la dirigente.

“La Comisaría Décima tiene solo dos móviles para atender 16 barrios. Eso es una locura cuando tenemos tres villas en el sector”, agregó.

Preocupación entre las autoridades

Fuentes al interior de la Policía reconocieron la problemática en el sector, pero negaron que tenga que ver específicamente con el hospital. “A veces te dicen que les robaron al ingreso o la salida del hospital, pero ocurre a varias cuadras, donde la guardia del hospital no tiene alcance”, indicó un policía con larga trayectoria de calle. Sin embargo, reconocieron que el robo a vehículos estacionados en las afueras de los hospitales, y las agresiones de los pacientes son situaciones que se repiten. “Se está desarrollando un programa para sumar agentes de calle, que va a tener resultados cuando esté en marcha efectivamente”, deslizó el uniformado.

Desde el Ministerio de Salud, indicaron que están al tanto de la situación que se vive en varios centros de salud, y que han notificado a la Secretaría de Seguridad. Sin embargo, también admitieron que están evaluando reforzar la seguridad de los establecimientos sanitarios a través de empresas de seguridad privada.

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