La tormenta estalló cuando el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que administraba el terreno donde se habían encontrado los huesos, se enteró de la datación de radiocarbono. Inmediatamente hizo valer su autoridad y exigió que cesaran todos los estudios científicos. Al mismo tiempo, una coalición de tribus de la cuenca del río Columbia reclamó los restos en virtud de una ley de 1990 conocida como Ley de protección y repatriación de tumbas de nativos americanos (NAGPRA). Las tribus exigieron que les entregaran los huesos para volver a enterrarlos. “Los científicos han desenterrado y estudiado a los nativos americanos durante décadas”, escribió Armand Minthorn, el líder religioso de la tribu Umatilla, en 1996. “Consideramos esta práctica como una profanación del cuerpo y una violación de nuestras creencias religiosas más arraigadas”.

¿Qué razón esgrimían para afirmar que era suyo? Porque “lo sentimos en lo más profundo de su corazón”. Los Umatilla argumentaron que eran los restos de un antepasado tribal directo pues su historia oral se remonta a 10 000 años atrás y su pueblo ha estado presente en su territorio histórico desde el principio de los tiempos: “no creemos que nuestra gente haya emigrado aquí desde otro continente, como creen los científicos”. La coalición anunció que tan pronto como el cuerpo les entregara el esqueleto, lo enterrarían en un lugar secreto para que nunca estuviera disponible para la ciencia. El Cuerpo de Ingenieros dejó en claro que los nativos americanos recibirían los huesos. Pero ahí no acabó todo.

La Asamblea Popular Asatru, una secta religiosa que adora a los dioses escandinavos Thor y Odín, interpuso una reclamación legal aduciendo que el hombre de Kennewick era, en realidad, un vikingo (se piensa que los vikingos viajaron cinco, o quizá más veces, a Norteamérica a lo largo del año 1000). Así que pidieron permiso para realizar una ceremonia vikinga sobre sus restos. Y lo consiguieron, lo que escandalizó a la comunidad Yakama porque, tras el rito vikingo, temían que su espíritu no pudiera encontrar su cuerpo.

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