La primera movilización convocada para pedir justicia por Nora Dalmasso, a más de 15 años de su asesinato, fue una clara muestra del sufrimiento y la indignación que provocan los femicidios impunes.

Mientras en la Cámara del Crimen 2 de Río Cuarto se decidía pasar a un cuarto intermedio hasta el 22 del corriente en el juicio contra el viudo, Marcelo Macarrón, los manifestantes se hacían oír en la explanada del edificio de Tribunales.

La marcha, de la que los hijos de la víctima tomaron distancia (por temor a que fuera un intento de presión para que se condene a su padre como instigador del crimen) fue legitimada con la presencia del hermano de Nora, Juan Dalmasso.

“Creo que esto es para pedir justicia. Y justicia también se hace exonerando a alguien. No sólo se hace justicia metiéndolo preso. Si no es culpable, es justicia también dejarlo libre. Yo estoy aquí por la memoria de Nora, para que se resuelva esto y todas las causas que no tienen resolución en la provincia”, manifestó Juan Dalmasso.

Se reservó la opinión sobre su cuñado. No dijo si lo cree inocente o culpable.

Admitió “pocas esperanzas de que el juicio resuelva algo” y opinó que “hubo testigos a los que han cuidado, no les han preguntado; gente que sabe algo más”.

Marcharon por Nora Dalmasso en Río Cuarto.
Marcharon por Nora Dalmasso en Río Cuarto.

Asintió cuando le preguntaron si se refería a Miguel Rohrer y a Daniel Lacase.

“La hipótesis de un crimen por encargo a mí no me cierra, por lo menos con las pruebas que yo he visto en la causa”, dijo Juan. 

Aseguró no saber quién mató a su hermana, ni cuál pudo ser el móvil del homicidio. “Si lo supiera no estaría acá. Pido justicia porque quiero saber la verdad, nada más”, expresó.

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Justificó la renuncia de su madre a la querella. Argumentó que ella tiene 92 años y no puede hablar tras haber sufrido un ACV.

Mea culpa y protesta

En la marcha por Nora Dalmasso también se reclamó justicia por otros femicidios perpetrados en la región, como el de Mónica Ordóñez, Camila Carletti, Lara Gigena, Olga Meckler y Oriana Giannini.

“El caso de Nora va a hablar por todos los casos. Río Cuarto tiene miedo, miedo al poder (…). Porque cuando vos te levantas y decís: que no trabajan, que no sirven, que estamos pagando sueldo a gente inservible, se ponen locos. Que trabajen, para eso les pagamos los sueldos, que dejen de reírse de nosotros que hemos sufrido la pérdida de una persona y tenemos que estar arrastrándonos para que nos escuchen”, expresó, entre aplausos, Soledad, hermana de Ordoñez.

Lucía de Carlos, impulsora de la manifestación, se mostró satisfecha por la convocatoria.

Destacó que la ciudadanía “estaba necesitando expresar el pedido de Justicia por Nora. Es una deuda que tiene la Justicia con la sociedad”.

“Desde el nacimiento de #Niunamenos reclamamos por todas las mujeres. No hacemos diferencia si una vive en un country o un asentamiento. Nora, además, fue víctima de violencia simbólica. Este es un mensaje a los jueces porque sin perspectiva de género van a hacer un mamarracho”, advirtió Patricia García, dirigente social.

Viviana Pomiglio, militante radical y por los derechos de la mujer, consideró que “el homicidio de  Nora Dalmasso colocó a Río Cuarto como el ícono de la connivencia política, económica y judicial”. “No queremos más esto; nos queremos libres, nos queremos vivas y queremos una justicia independiente”, expresó.

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Norma Torres, de Mujeres transformando barrios, destacó a la marcha como “un mea culpa por no haber marchado en su momento, por no haber pedido justicia en un caso de tanto manoseo a una mujer”.

En el mismo sentido, el hermano de la víctima acotó: “Hice lo humanamente posible pero capaz me equivoqué en no haber pedido antes a gritos, clamar por justicia, no haber movido cuestiones políticas a las cuales siempre quise estar al margen (…) Pensé que no iba a lograr nada”.

Impacto en el Tribunal

“Es doloroso y frustrante el descreimiento de la gente, se exige pero no se distingue al que cumple del que no cumple”, manifestaron fuentes del Tribunal que juzga a Macarrón.

La jueza Natacha García dijo respetar “la manifestación, los procesos y sentimientos sociales”, pero pidió encontrar “una forma de comunicación efectiva para que también se comprenda la labor de quienes están realizando el juicio”.

“Hay un pedido de justicia y se está realizando el juicio. El proceso es correcto, se han respetado todas las garantías constitucionales (…). Se trata de reconstruir a partir de lo que se expone en la audiencia, está el testigo que viene y miente o no se acuerda, el que sabe y el que dice lo que tiene que decir.  La verdad es una construcción común”, afirmó

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