La fusión nuclear controlada proporciona potencialmente una fuente de energía limpia. No produce desechos radiactivos tan duraderos como ocurre en los reactores de fisión (que dependen de átomos pesados como el uranio), pero técnicamente es mucho más difícil de lograr. De hecho, los científicos llevaban lidiando con esta promesa de lograr una fuente de energía limpia y duradera desde hace más de 60 años. Imitar las reacciones que se producen en el Sol, cuando un protón -el núcleo de un átomo de hidrógeno- se combina con otros protones para formar helio requiere un proceso combinado de altas presiones y temperatura. El enfoque lleva investigándose desde la década de 1950 y hasta ahora, los científicos no habían podido demostrar una ganancia de energía positiva, esto es, la ignición. No podemos calificarlo más que como un logro trascendental.

 

La reacción histórica

El experimento se realizó en el NIF (National Ignition Facility), un gran proyecto de fusión inercial que trata de demostrar la viabilidad de la fusión nuclear como fuente de energía alternativa. La reacción, en la que utilizaron láseres para bombardear isótopos de hidrógeno mantenidos en un estado de plasma caliente con el fin de fusionarlos en helio, como en el Sol, produjo unos 2,5 megajulios de energía, aportando más energía que la necesaria para alimentar los láseres, que son 2,1 megajulios. Una evidencia de que los científicos podrían aprovechar la fusión nuclear como fuente de energía.

“Con los experimentos de enero de este año 2022 ya se había conseguido alcanzar 1,3 megajulios con un disparo láser de 1,7 megajulios; pero además se demostraba fehacientemente el mecanismo de propagación de la onda térmica de quemado en el combustible que da pie a confiar en la obtención de más y más energía en el proceso. Ahora se demuestra claramente que se conoce el proceso y se supera el límite clave de obtener más energía de la que se usa en la iluminación por el láser del blanco combustible de deuterio y tritio”, explica a Science Media Centre José Manuel Perlado Martín, profesor emérito de Física Nuclear y presidente del Instituto de Física Nuclear Guillermo Velarde (IFN-GV) de la Universidad Politécnica Madrid (UPM).

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“Se trata de un enorme paso para creer que efectivamente esta puede ser la fuente de alta densidad de energía masiva y concentrada que necesita la humanidad. Está claro que queda aún por recorrer el camino de hacer efectiva esta energía extraída de la unión de los núcleos del hidrógeno. Pero este logro debería de significar que la investigación en los sistemas de iluminación del blanco, fabricación de las cápsulas combustibles, sistemas de la cámara de reacción y materiales adecuados a las condiciones de esta línea de fusión se deben incrementar sustancialmente, a diferencia de lo que ha venido ocurriendo en la Unión Europea”, concluye el experto.

Sin duda, un momento inolvidable en la historia de la humanidad y que supondrá una vuelta de tuerca en nuestro camino de generación de energía justo cuando el planeta más lo necesita.

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