En medio de este mar cósmico de insensatez, fruto de demasiada ciencia ficción mal digerida, surgen voces que afirman que la paradoja de Fermi sólo lo es para quienes creen en las civilizaciones extraterrestres.

El mejor análisis sobre el tema lo hizo el astrónomo Michael H. Hart en un artículo publicado en 1975 en la revista Quarterly Journal of the Royal Astronomical Society. En él demostraba que la pregunta de Fermi no era una boutade y hacía un análisis riguroso del problema. ¿Es posible que no hayan llegado porque el viaje espacial es inviable? Por supuesto no es lo mismo que pasear por el jardín de casa, pero hay medios para evitar el problema. Tenemos la animación suspendida, ya sea mediante criogénesis u otras técnicas bien conocidas desde la película Alien.

Es obvio que no sabemos cómo congelar a seres de sangre caliente pero… ¿quién ha dicho que los ET deban tenerla? Tampoco hay razón alguna para creer que su esperanza de vida sea parecida a la nuestra. ¿Por qué no pueden vivir 3.000 años? Si así fuera, dedicar 200 a un viaje interestelar no es demasiado.

Otras alternativas son el viaje a velocidades cercanas a la de la luz, enviar sondas automáticas con embriones congelados dispuestos a desarrollarse en cuanto se encuentre un planeta viable, o los viajes generacionales, propuestos por primera vez en 1929 por el padre de la cristalografía de rayos X John D. Bernal en su obra The World, the Flesh & the Devil: se embarcan diferentes familias en un viaje que durará siglos y serán sus descendientes los que terminen la misión.

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Para Hart tampoco tienen sentido las explicaciones sociológicas, como la hipótesis del zoo y sus distintas variantes. Todas pecan del mismo problema: suponen que todas las razas extraterrestres, independientemente de su estructura biológica, psicológica, política o social, durante toda su historia, hacen siempre lo mismo. ¿Realmente es creíble? Quizá los habitantes de Vega III en el año 600.000 a. C. decidieron quedarse en casa y mirarse el ombligo, pero eso no implica que en el 599.000 a. C. quisieran hace lo mismo o que sus descendientes en el 555.000 a. C. siguieran ese camino. ¿Cuándo ha pasado algo así en la Tierra? Démonos cuenta que lo que Hart está diciendo no es que los ET vayan a actuar como nosotros, sino que es imposible que todas las posibles civilizaciones ET en toda su historia actúen siempre al revés de como lo haríamos nosotros.

Del mismo modo, decir que ninguna ha tenido tiempo para llegar es aún más raro. La cuenta que hace Hart es reveladora: supongamos que nos dedicamos a enviar misiones a estrellas situadas a unos 20 años-luz de nosotros. Una vez instalada la colonia, puede enviar sus propias misiones. Sin pausa entre expediciones la cantidad de tiempo necesario para recorrer la Galaxia a una velocidad de expansión la décima parte de la de la luz es de 650.000 años. Seamos generosos y pensemos que descansan entre misiones de modo que el tiempo de expansión es el doble. Únicamente una civilización que haya empezado su época exploratoria hace menos de 2 millones de años no podrá habernos visitado. Que no hayan venido supone que el millón de civilizaciones que según Carl Sagan pueblan la Vía Láctea estén todas en el mismo momento de su historia tecnológica es verdaderamente increíble. ¿Cuál es la conclusión? Que no hay paradoja de Fermi porque, obviamente, estamos (prácticamente) solos en la Galaxia.

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