El planeta enano Ceres -descubierto en 1801- es el cuerpo más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y también uno de los objetos más intrigantes para los astrónomos de todo el mundo. Y es que podría ofrecer información fundamental en la búsqueda de vida extraterrestre, dada la gran cantidad de material orgánico presente en él.

Fue visitado por la misión Dawn de la NASA la década pasada. La nave espacial reveló que Ceres alberga compuestos orgánicos complejos, posible vulcanismo donde hizo erupción la sal y abundante hielo de agua. Pero la forma en que se originaron los compuestos orgánicos alifáticos -que se distinguen por cadenas de carbono e hidrógeno– en el planeta enano Ceres, ha sido objeto de intensas investigaciones desde su descubrimiento por Dawn en 2017.

Ahora, una nueva investigación dirigida por científicos planetarios del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins amplía un poco más nuestra comprensión de cómo las colisiones de asteroides han afectado a las moléculas presentes en Ceres, determinar su origen y evaluar la habitabilidad del planeta enano.

¿Hay vida en Ceres?Midjourney/Sarah Romero

Experimentos en laboratorio

«Estamos descubriendo que los compuestos orgánicos pueden estar más extendidos de lo que se informó inicialmente y que parecen ser resistentes a los impactos de condiciones similares a las de Ceres», explican los investigadores en su estudio presentado en la reunión GSA Connects 2023 de la Sociedad Geológica de Estados Unidos.

Combinando todo lo que sabemos hasta ahora, los expertos creen que el planeta podría tener los elementos esenciales para fomentar la vida más allá de la Tierra. Si los compuestos orgánicos son nativos de Ceres, podría implicar algo muy importante sobre la habitabilidad pasada del planeta enano.

«Aunque los investigadores han realizado experimentos de impacto y choque con varios tipos de compuestos orgánicos en el pasado, lo que faltaba era un estudio dedicado al tipo de compuestos orgánicos detectados en Ceres utilizando el mismo tipo de método analítico utilizado por la nave espacial Dawn para detectarlos», apunta Terik Daly, autor principal y científico planetario del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins.

En laboratorio, los científicos reprodujeron en el laboratorio las condiciones de un impacto en la superficie de Ceres. Utilizaron el campo de tiro vertical del Centro Ames de la NASA para disparar materia orgánica que coincidiese con el perfil de lo que conocemos del planeta enano. Las colisiones se produjeron a velocidades de entre 2 y 6 kilómetros por segundo y con ángulos entre 15 y 90 grados con respecto a la horizontal.

Potencial astrobiológico

Luego, combinaron dos flujos de datos diferentes de Dawn (el conjunto de datos de su cámara y la espectroscopia) para tener un mapa más detallado de la ubicación de los compuestos orgánicos en el planeta enano. Todo ello respalda la idea de que la materia orgánica provino del interior de Ceres.

«Al aprovechar los puntos fuertes de dos conjuntos de datos diferentes recopilados sobre Ceres, hemos podido mapear áreas potencialmente ricas en materia orgánica en Ceres con mayor resolución. Podemos ver una muy buena correlación de los compuestos orgánicos con unidades de impactos más antiguos y con otros minerales como los carbonatos que también indican la presencia de agua. Si bien el origen de los compuestos orgánicos sigue siendo poco comprendido, ahora tenemos buena evidencia de que se formaron en Ceres y probablemente en presencia de agua«, dice Juan Rizos, investigador postdoctoral en la Universidad de Maryland que ahora es astrofísico en el Instituto de Astrofísica de Andalucía en España.

Las posibles implicaciones astrobiológicas de la investigación son sustanciales. «Existe la posibilidad de que se encuentre una gran reserva interior de materia orgánica dentro de Ceres. Entonces, desde mi perspectiva, ese resultado aumenta el potencial astrobiológico de Ceres», expuso Rizos.

La abundancia de hielo de agua en Ceres y la probabilidad de que anteriormente fuera un mundo oceánico implica que este planeta enano podría haber sustentado potencialmente los elementos clave asociados con la vida.

«Son una pista interesante para los astrobiólogos, ya que a menudo se los considera elementos básicos de la vida», concluyó Joseph Razzell Hollis, becario postdoctoral en el Museo de Historia Natural de Londres.

Referencias: 

  • R. Terik Daly et al. 2023. The effects of impacts on the reflectance spectra of aliphatic organics: implications for Ceres. Geological Society of America Abstracts with Programs 55 (6): 153-1; doi: 10.1130/abs/2023AM-392730
  •  Castillo‐Rogez, J. (2011). Ceres – Neither a porous nor salty ball. Icarus, 215, 599-602. https://doi.org/10.1016/J.ICARUS.2011.08.007.
  • Krohn, K., Jaumann, R., Otto, K., Schulzeck, F., Neesemann, A., Nass, A., Stephan, K., Tosi, F., Wagner, R., Zambon, F., Gathen, I., Williams, D., Buczkowski, D., Sanctis, M., Kersten, E., Matz, K., Mest, S., Pieters, C., Preusker, F., Roatsch, T., Scully, J., Russell, C., & Raymond, C. (2017). The unique geomorphology and structural geology of the Haulani crater of dwarf planet Ceres as revealed by geological mapping of equatorial quadrangle Ac-6 Haulani. Icarus. https://doi.org/10.1016/J.ICARUS.2017.09.014.
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