El momento se acerca. El último los múltiples pasos que nos conducirá a abrir nuestros ojos aún más al cosmos en el que vivimos, ha consistido en enfriar sus instrumentos. MIRI, un instrumento de infrarrojo desarrollado por la NASA y la ESA, fue el último en conseguirlo (tras alcanzar los -266º C, la temperatura perfecta para esta herramienta).

MIRI ha sido el último porque es el instrumento más sensible a la corriente oscura, de ahí que tenga que estar más frío que los otros instrumentos para eliminar por completo ese efecto, según la NASA.

Ahora, mientras los espejos del telescopio James Webb se enfrían lentamente a sus temperaturas operativas finales, el equipo responsable se prepara para la prueba de estabilidad térmica. Estamos en la fase final de puesta en marcha de todos los instrumentos científicos en la que se probarán todos los modos y operaciones de cada uno de ellos: MIRI (Mid-Infrared Instrument), el instrumento de luz infrarroja media; NIRCAM (Near-Infrared Camera), una cámara infrarroja con cobertura espectral que va desde el borde de lo visible hasta el infrarrojo cercano; NIRSPEC (Near-Infrared Spectrograph), el espectrógrafo infrarrojo cercano y NIRISS/FGS (Near-Infrared Imager and Slitless Spectrograph/Fine Guidance Sensor), el generador de imagen de infrarrojo cercano y el sensor de orientación.

Cuando los científicos apunten el telescopio a un objetivo astronómico, el telescopio y el parasol se moverán juntos. El ángulo que presenta el parasol con respecto al Sol se denomina «sistema de control de actitud» de orientación y la cantidad de calor residual que pasa a través del parasol de cinco capas hacia el espejo principal dependerá de esta ‘actitud’.

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