Una hormona para «amansarlos» a todos

Debido a la pérdida de hábitat por el crecimiento y expansión de las ciudades africanas, cada vez es más necesario el traslado y refugio de leones en reservas privadas valladas y su cría en cautividad. Esto tiene como consecuencia que leones de distintas manadas puedan mezclarse en un entorno reducido.

A pesar de la ventaja que les puede otorgar en la naturaleza, el comportamiento territorial y la agresividad con otros individuos de su especie (competencia intraespecífica) puede hacer que la convivencia entre leones en reservas y en cautividad suponga un verdadero reto, debido a que esta circunstancia se encuentra en aumento.

El grupo de investigadores científicos dirigido por el biólogo de animales Craig Packer y la neurocientífica Sarah Heilbronner, de la Universidad de Minnesota, pusieron a prueba un nuevo método para estudiar cómo podía cambiar el comportamiento de estos animales en en una reserva de fauna salvaje: El Santuario de Vida Silvestre Kevin Richardson (Dinokeng, Sudáfrica).

El experimento consistió en administrarles intranasalmente (utilizando la nariz como una puerta hacia su cerebro) una hormona llamada oxitocina, la cual es característica por su papel en el parto, la lactancia, la excitación sexual y el orgasmo. Además, por su implicación en el comportamiento social en mamíferos, la oxitocina es un neurotransmisor que también puede tener un papel relevante como modulador, influyendo en conductas sociales de algunas especies cuando se administra por vía nasal.

Para poder administrar la oxitocina a los leones, los investigadores utilizaron carne atrayéndoles  hacia una valla. En ese instante, aprovechando la oportunidad, les rociaban la nariz con la hormona utilizando un frasco difusor.

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Tras este tratamiento, identificaron que aquellos leones a los que se les administró oxitocina se volvían más ‘’sociables’’ con otros leones en su mismo territorio y tenían un comportamiento menos vigilante frente a posibles intrusos. Este cambio, también lo apreciaron en sus rasgos físicos, los cuales, según los investigadores indicaban que ‘’se relajaban totalmente’’.

Una de las conductas más destacadas en las que se pudo comprobar este cambio conductual fue el juego. Los leones en cautividad pueden tener algunos objetos que consideran de «su pertenencia», como puede ser un juguete, por el que pelean y muestran comportamientos agresivos fruto de su territorialidad. Marcando así la distancia con otros individuos. Sin embargo, tras la administración de la oxitocina, los leones permitían que otros ejemplares se acercaran más a ellos que aquellos que no habían recibido la hormona.

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