¿Y si las especies no existieran?

El problema con el término ‘especie’ es que no deja de ser una forma de clasificar en categorías discretas, algo que presenta un carácter continuo, como los grupos de poblaciones de seres vivos. El caso de las especies anillo es un caso evidente, que permite observar esa continuidad en el espacio: cómo una ‘especie’ puede terminar siendo otra, sin que se produzca un punto de fractura en su área de extensión. Una suerte de escala de grises que no permite indicar exactamente dónde termina el blanco y dónde empieza el negro.

Este carácter de continuidad también se observa en el tiempo. Las poblaciones cambian con el tiempo, en un proceso llamado evolución biológica, y estos cambios son graduales. Salvo excepciones muy particulares —como las poliploidías en plantas—, no existe una generación específica en la que una hembra de una especie tenga una descendencia perteneciente a una especie distinta. El proceso de cambio sucede a lo largo de múltiples generaciones y no hay una barrera real.

Las poblaciones y los linajes reales, en la naturaleza, no están limitados por esas barreras que, conceptualmente, construimos para hacer más cómodas nuestras clasificaciones. Las especies, entendidas como entidades discretas, efectivamente, no son reales. Son constructos humanos que facilitan el trabajo de clasificar, estudiar y comprender a los seres vivos.

De hecho, filósofos de la ciencia, como Mark Ereshefsky, apuestan por un enfoque pluralista de ‘las especies’: asumir que hay diferentes tipos de especies, que se corresponden con distintos conceptos de ‘especie’, en función de cómo se definan. Siempre teniendo en cuenta que, como las clases y las familias de Linnæus, no dejan de ser categorías artificiales y utilitarias, que reflejan parte pero no toda la complejidad del mundo natural.

Mirá También: 

Referencias:

Coyne, J. A. et al. 2004. Speciation. Sinauer Associates. 

Darwin, C. 1859. On the origin of species by means of natural selection, or, The preservation of favoured races in the struggle for life /. John Murray, Albemarle Street,. DOI: 10.5962/bhl.title.82303

Ereshefsky, M. 1992. Eliminative Pluralism. Philosophy of Science, 59(4), 671-690. Hull, D. L. 1976. Are Species Really Individuals? Systematic Zoology, 25(2), 174. DOI: 10.2307/2412744

Patten, M. A. et al. 2009. The Song Sparrow, Melospiza melodia, as a ring species: Patterns of geographic variation, a revision of subspecies, and implications for speciation. Systematics and Biodiversity, 7(1), 33-62. DOI: 10.1017/S1477200008002867

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