El núcleo de la Tierra está perdiendo helio-3 a un ritmo de alrededor de 2 000 gramos por año, han descubierto los científicos. Aunque algunos procesos naturales pueden producir helio-3, este isótopo del gas de helio se crea principalmente en las nebulosas y, la mayoría, se remonta al Big Bang. Se cree llegó a nuestro planeta cuando un cuerpo similar a Marte colisionó contra la Tierra hace 4 533 millones de años.

 

Casi todo el helio-3 proviene del Big Bang

El peculiar isótopo que se formó durante el Big Bang está, por tanto, escapando, filtrándose desde el núcleo de la Tierra, y aportándonos una pista clave acerca de cómo surgió nuestro planeta.

Si bien la mayoría del helio que se encuentra en la Tierra existe en forma de helio-4 (difiere de masa del helio-3 por un neutrón), se han detectado pequeñas cantidades de helio-3 en rocas volcánicas conocidas como basaltos de islas oceánicas (OIB). Algunos procesos naturales como la desintegración radiactiva del tritio pueden generar helio-3, pero este se produce principalmente en las nebulosas solares: nubes masivas de gas y polvo que giran como la que dio origen a nuestro sistema solar.

 

¿Por qué está filtrando el núcleo este helio antiguo?

Los científicos lo desconocen pero su hallazgo indica que nuestra propia Tierra se habría formado incluso antes de lo que se pensaba. El hecho de que la Tierra cuente con este helio-3 tan temprano en la historia de nuestro sistema solar indica nuevas pistas sobre el origen de nuestro planeta. De hecho, la gran revelación de este hallazgo, de esta fuga de gas proveniente del amanecer cósmico, es que sacude el paradigma actual sobre cómo de cerca se formó nuestra Tierra en relación con nuestro joven Sol.

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«Es una maravilla de la naturaleza, y una pista para la historia de la Tierra, que todavía haya una cantidad significativa de este isótopo en el interior de la Tierra», dicen los autores del estudio publicado en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems.

 

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