La gobernadora bonaerense solicitó más recursos en una reunión con el Presidente y ministros. También tomó distancia de la estrategia de polarizar con la oposición.

En plena crisis económica, la gobernadora María Eugenia Vidal le volvió a reclamar al presidente Mauricio Macri la actualización del Fondo del Conurbano bonaerense. Se trata de un viejo planteo de la mandataria, para el que le habían prometido una solución en 2018. Nunca llegó. La gobernadora lo volvió a plantear en la reunión con Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Se llevó una tibia promesa de considerarlo cuando la situación económica se estabilice. El planteo cayó tan mal en la Rosada que negaron que haya existido. Los funcionarios de Vidal mostraron diferencias con la estrategia de polarización y de renovado ataque a los otros candidatos.

El encuentro entre Macri y Vidal, que estaba programado previamente, sirvió para que repasaran todos los temas, incluida la situación económica que volvió a desestabilizarse en los últimos días (y ante la que el gobierno nacional retornó a su discurso de culpar al kirchnerismo). Vidal había sido muy crítica de esa estrategia y de la conferencia de prensa que Macri dio el lunes siguiente a las primarias, por lo que no se trató de un encuentro fácil. También repasaron las medidas anunciadas por el Gobierno que implicaron una poda de recursos a la administración provincial (calculan que unos 4000 millones de pesos). La gobernadora iba a anunciar sus propias medidas sociales, pero luego de esa quita de recursos la iniciativa quedó congelada.

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Si bien Vidal no tiene pensado sumarse a las acciones judiciales de los gobernadores peronistas, sí volvió a la carga de forma inesperada con un viejo reclamo, que ya había hecho en plena crisis de 2018: pidió que le actualicen el Fondo del Conurbano bonaerense. «Es un reclamo que venimos haciendo desde el año pasado, por el desfasaje por la devaluación 2018. Es plata que le corresponde a la provincia y que queremos dejar para la provincia. Son 25 mil millones de pesos. No es para ahora, ni para la campaña. Es plata que queremos que le quede a la provincia», sostuvo a este diario un dirigente muy cercano a la gobernadora. Al igual que en 2018, Vidal se llevó solo una promesa tibia: la respuesta fue que cuando se estabilicen las variables económicas se puede considerar el tema. «No hay nada concreto», se lamentaron en el gobierno bonaerense.

Se trata de un nuevo cortocircuito entre la gobernadora y el Presidente en un año signado por las diferencias: Vidal no fue escuchada cuando se planteó el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses, tampoco en la estrategia electoral, ni en los reclamos del gobierno provincial de mayores recursos. Muchas de estas discusiones se canalizaron a través de Peña, cuya relación con Vidal no estaría pasando por el mejor de los momentos.

El renovado pedido por el Fondo del Conurbano cayó pésimo en la Rosada, al punto de que se dedicaron a negar que hubiera existido. «Es falso. No hubo tensiones por el Fondo del Conurbano. Hablaron de las medidas anunciadas por Macri. Pasa que, después, cada uno dice lo que se le da la gana», se ofuscó un funcionario nacional ante este diario.

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Tras el encuentro del martes a la noche, y en otro día de rumores e inestabilidad de las variables económicas, Vidal encabezó un encuentro con 300 funcionarios de su gobierno. Allí contó que había tenido una nueva conversación con Lacunza y que le pidió que resista: «Le dije que no se deje llevar por las presiones políticas, que piense en los argentinos», aseguró Vidal. No aclaró a qué presiones se refería.

El encuentro ante sus funcionarios se hizo en el SUM de la Casa de Gobierno provincial y, luego de la marcha del sábado que envalentonó al oficialismo, sirvió como una arenga para volver a la campaña. Ese fue el tono de Vidal, cuya suerte está prácticamente echada. «Yo puedo atravesar otra derrota, otra victoria, puedo empezar de nuevo el 10 de diciembre pero hay algo que no puedo y no voy a aceptar de mí misma, ni se los voy a aceptar a ustedes, y es darme por vencida», dijo Vidal en tono épico, según transmitieron sus funcionarios. «Si no nos dimos por vencidos en todos esos imposibles que enfrentamos a lo largo de estos 3 años y medio, ¿ustedes creen que nos vamos a dar por vencidos en los próximos 60 días? No, claro que no», los arengó para ir a la última batalla.

El vicegobernador Daniel Salvador sostuvo luego, en un tono menos épico: «Las urnas nos dijeron que había otras prioridades, esperamos revertir el número en octubre». El jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, consideró que «la prioridad es gobernar. Nada de peleas políticas, o de discusiones con otros candidatos». La diferenciación, en este punto, con el renovado discurso polarizador del gobierno nacional (entre otros, de Miguel Angel Pichetto) fue evidente. Pero, por si quedaban dudas, Salvai agregó:  «Este esquema de polarización ha perjudicado a este gobierno». Todo un mensaje hacia el regreso del gobierno nacional a echar culpas y eludir responsabilidades ante la crisis ecónomica y social.

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