Buscando las nucleobases, ingrediente crucial para la vida

Si bien estudios anteriores han detectado purinas (que incluye guanina y adenina) y uracilo en meteoritos (estos químicos son necesarios, no so suficientes para comenzar la vida tal como existe en la Tierra). El ADN y el ARN no pueden formarse (y por lo tanto la vida no puede desarrollarse) sin la presencia del otro tipo de nucleobase, que tiene una estructura más grande y compleja: las pirimidinas. Esta categoría incluye citosina, uracilo y timina. Hasta ahora aún no se habían encontrado citosina y timina y las rocas contaban con estos ingredientes en niveles de concentración de partes por billón.

Eso equivale a «la detección de todas las nucleobases primarias de ADN/ARN en el mismo meteorito», aclara Yasuhiro Oba de la Universidad de Hokkaido y líder del trabajo. Es un hallazgo notable.

«Estos compuestos están presentes en concentraciones similares a las predichas por los experimentos que replican las condiciones que existían antes de la formación del sistema solar«, dijeron los investigadores.

 

¿Un descubrimiento inesperado?

De ninguna manera. Encontrar citosina y timina en meteoritos no es una sorpresa. Los experimentos que modelan las condiciones en el espacio exterior sugieren que ambos elementos deberían formarse allí. Pero el hecho de no habernos topado con estas moléculas cruciales en las rocas espaciales dejó la pregunta de si había algo que se nos había pasado por alto en relación a las nucleobases de la vida.

«Esto significa que tales nucleobases se habrían proporcionado a la Tierra antes del inicio de la vida y podrían haber desempeñado un papel fundamental en el surgimiento de la función genética en el medio ambiente«, apuntan los autores.

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Pronto podríamos contar con confirmación adicional cuando los científicos puedan examinar muestras tomadas de los principales asteroides Ryugu y Bennu por naves espaciales desarrolladas por la agencia espacial japonesa JAXA y la NASA, respectivamente. La misión Hayabusa2 de Japón trajo a la Tierra muestras de Ryugu a finales de 2020 y se espera que la misión OSIRIS-REx de la NASA regrese en septiembre de 2023 con muestras similares del asteroide Bennu.

 

Respaldando la teoría de la panspermia

Así que todos estamos hechos de polvo de estrellas, como decía Carl Sagan, pero quizá, más específicamente, de polvo de estrellas que viajó en un asteroide y se estrelló contra la Tierra como un meteorito.

 

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