La derecha suiza triunfó en las elecciones legislativas de este domingo en un contexto de crisis migratoria y de preocupación por el riesgo de atentados en Europa. El Partido Popular de Suiza (UDC) alcanzó un 29 por ciento de los votos, uno de sus mejores resultados históricos, mientras que Los Verdes fueron los grandes perdedores tras un gran ascenso hace cuatro años.

Por encima incluso de lo que decían las encuestas, el UDC, con un discurso conservador y partidario de un mayor control de la inmigración, aumentó en 3,4 puntos su porcentaje de votos de 2019 y logró 61 escaños en el Consejo Nacional (Cámara Baja de 200 representantes). Eso supone ocho asientos más en el Legislativo que hace cuatro años, según los recuentos provisionales a las 18 horas locales.

Presidido por Marco Chiesa desde 2020, el UDC es el partido más votado de Suiza desde 1995. En el fragmentado panorama político suizo es el único que llega a aproximarse a un 30 por ciento de los votos. En segundo lugar en los comicios se ubicó el Partido Socialista Suizo (PS) con un 17,4 por ciento de los votos, seis décimas más que en 2019, por lo que sumará un escaño en el Consejo Nacional hasta alcanzar los 40.

Los Verdes a la baja

Empatados en tercer lugar, con un 14,6 por ciento de los votos cada uno, se sitúan los democristianos de la Alianza del Centro y los liberales del Partido Liberal Radical (PLR), con 30 y 29 escaños respectivamente. La gran perdedora de estos comicios fue la opción ecologista de Los Verdes, que luego de su ruidosa irrupción en el Parlamento en 2019, cuando superó a los democristianos como cuarta principal fuerza política, obtuvo un 9,2 por ciento de los votos, cuatro puntos menos que en 2019.

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Esto condena a la agrupación ecologista a perder seis escaños en el Consejo Nacional y quedarse con 22, tras una campaña electoral en la que el cambio climático pesó menos en los debates que la inmigración o la seguridad, temas avivados por tensiones geopolíticas externas tales como la guerra de Ucrania o el conflicto palestino-israelí.

En su campaña la UDC defendió la «estricta neutralidad» de Suiza y criticó el alineamiento del gobierno con las sanciones tomadas contra Rusia por la Unión Europea, de la que no forma parte. Pero, sobre todo, enfatizó su posición contra «la inmigración masiva» a la que acusa de numerosos problemas como la criminalidad, el aumento del gasto social o el incremento del consumo de electricidad.

«Hemos recibido un mandato muy claro de la población suiza: poner sobre la mesa temas que son importantes para ellos, como la inmigración ilegal y un abastecimiento energético seguro», dijo el presidente de la UDC, Marcho Chiesa. El discurso de este partido derechista seduce a la población suiza, que sigue siendo una de las más ricas del mundo.

Después de las elecciones los parlamentarios nombrarán el 13 de diciembre a los miembros del Consejo Federal (el gobierno suizo), en el que los cuatro primeros partidos se reparten las siete carpetas ministeriales. Cada año se elige, entre los cuatro partidos que forman gobierno, al presidente suizo, aunque este cargo es prácticamente honorífico.

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